En un comunicado, el arzobispo Orani Tempesta informó que la decisión se tomó tras conversar con obispos y párrocos: "Decidimos dar este paso, pero respetando las orientaciones de prevención, higiene y distanciamiento social", destacó.
Las iglesias se desinfectarán antes de cada misa e informarán de la capacidad máxima de personas que caben en cada templo.
Los fieles deberán estar a una distancia mínima de dos metros y deberán usar máscara, que sólo podrán retirar en el momento de comulgar.
Las miras, oraciones y otras celebraciones se celebraban por Internet desde el 20 de marzo, y la Archidiócesis pidió que las personas que pertenecen a los grupos de riesgo sigan recurriendo a este sistema.
El estado de Río de Janeiro (sureste) es el segundo más afectado de Brasil por la pandemia del nuevo coronavirus.
Acumula más de 8.400 muertes y 87.000 casos confirmados, pero en los últimos días las autoridades regionales empezaron a permitir varias actividades, entre ellas las religiosas.