"El doctor José Gregorio tuvo la experiencia de la gripe española, la pandemia que cobró millones de vidas en el mundo entero, y cuando conocimos que se acercaba la pandemia todos pedimos su intercepción y esto nos anima mucho. Ahora le pedimos con mayor ahínco su intercepción, su beatificación trae esperanzas", afirmó.
El monseñor católico explicó que desde hace mucho los venezolanos pedían la beatificación del médico José Gregorio Hernández.

Desde que se conocieron los primeros casos de COVID-19 en Venezuela, la iglesia San Francisco, ubicada en el oeste de Caracas y conocida como el templo de José Gregorio Hernández, exhibe a un lado de su fachada la imagen del ahora beato.
Aunque ese templo católico está cerrado, al igual que la mayoría en Caracas, desde afuera y frente a las rejas negras de la entrada es normal ver a personas de todas las edades arrodilladas orando por la salud de algún familiar o por el fin de la pandemia.
Este médico y científico, que nació en 1864 y murió el 29 de junio de 1919 al ser arrollado, ganó mucha fama entre los venezolanos porque se asegura que atendía a los más pobres sin esperar nada a cambio.
"José Gregorio es mi santo de cabecera, yo no soy muy de iglesia, pero creo en él porque era muy noble", dijo a Sputnik María Sandoval de 80 años, residente del oeste de Caracas.
Al entrar en la capilla de un hospital en Venezuela lo que más destaca siempre es alguna imagen del doctor José Gregorio o el venerable, como era conocido antes del nombramiento del Papa Francisco.
Entorno a él siempre hay cientos de papeles, cartas, placas, algunas con peticiones otras de agradecimiento por la labor que algunos devotos aseguran cumplió el médico al interceder por la mejora de la salud de ellos o de algún familiar cuya vida estaba en peligro.