"La pandemia del COVID-19 podría contribuir al surgimiento de unos cambios sostenidos que probablemente acelerarán el paso a un sistema energético de bajo consumo de hidrocarburos. Las medidas de seguridad tomadas en relación con el COVID-19 han restringido la actividad económica; la caída de la producción en los sectores que usan los hidrocarburos, cambios en la conducta de los consumidores junto con los cambios políticos y tecnológicos podrían acelerar las modificaciones estructurales en el sector petrolero mundial y en el de energía eléctrica basado en el carbón", indicó.
"No obstante, la caída general del uso de electricidad lleva al aumento de la demanda de las fuentes renovables de la energía y de la generación de energía a partir del gas natural y al mismo tiempo provoca la reducción de la demanda de energía eléctrica generada a base de carbón", subrayó Moody's.