La investigación alemana del caso de Madeleine McCann, a diferencia de la británica, parte de la premisa que la niña está muerta. En concreto, que pudo ser asesinada por Christian B., delincuente sexual con múltiples condenas y principal sospechoso. Es más, el fiscal de Braunschweig, Hans Christian Wolters, encargado de las pesquisas, habría enviado una carta a la familia de la niña en la que afirma que tiene pruebas concretas que verifican su teoría según declaraciones a varios medios del Reino Unido y a la agencia germana DPA.
Por su parte, los padres de Madeleine han negado que hayan recibido una carta con evidencias de que su hija está muerta. "Como otras muchas historias infundadas en los medios, esto ha provocado una preocupación innecesaria a nuestros amigos y familiares y ha perjudicado de nuevo nuestras vidas", han lamentado los McCann, a través de un comunicado en el que se han reafirmado en su postura de no comentar investigaciones en curso.
Múltiples delitos
En Portugal, la prensa ha informado que la policía local se está preparando para inspeccionar una serie de pozos de una granja que alquiló Chrisitian B. y en los que podría haber ocultado el cadáver de Madeleine.
Diálogo en el que no está hablando específicamente de Madeleine. Es más, la prueba fue hallada por un investigador del caso de Inga Gehricke, niña de cinco años desaparecida el 2 de mayo de 2015. A Christian B. también se le investiga por este suceso y la fiscalía alemana quiere comprobar si tuvo vínculos con otros hechos sin resolver. Uno es la desaparición de Rene Hasee, de seis años, en la localidad portuguesa de Aljezur, cerca de Praia da Luz, donde vivía el sospechoso en ese momento y fue vista por última vez Madeleine. El otro es el caso de Carola Titze, de 16 años, asesinada en Bélgica en 1996.
Christian B. tiene un amplio historial delictivo, desde robos en hoteles y apartamentos hasta narcotráfico. En cuando delitos sexuales, en 1994, cuando tenía 17 años, fue condenado en Alemania por abusar de un niño. En estos momentos, cumple condena en Alemania por una violación a una mujer estadounidense de 72 años en 2005 en el Algarve luso.