Las 12.000 personas más ricas de Argentina podrían tener que pagar un nuevo impuesto destinado a conseguir fondos para hacer frente a los impactos económicos de la pandemia de coronavirus, en caso de que prospere el proyecto de ley que que se presentará en el Congreso del país sudamericano.
Si bien la diputada Fernanda Vallejos no logró convencer al presidente de respaldar otra propuesta para que el Estado argentino controle parte de las empresas que rescate tras la pandemia, una iniciativa defendida por la legisladora para gravar de forma excepcional a las grandes fortunas tiene más respaldo en el oficialista Frente de Todos.
En comunicación con Sputnik, Vallejos explicó que el gravamen afectaría a 12.000 personas, "el 0,025% de la población que declara las mayores riquezas del país". El impuesto se pagaría por única vez y, según la estimación de la legisladora, lograría una recaudación de 3.000 millones de dólares. El dinero recaudado, según consta en el proyecto, sería destinado "al fortalecimiento de áreas vinculadas con el combate a la pandemia".
La legisladora aclaró que el nuevo tributo recaería únicamente en "las personas humanas" y no en las empresas.
Una solución en tiempos de guerra y desigualdad
Para justificar su idea, Vallejos se apoyó sobre las comparaciones hechas entre los impactos económicos de la pandemia de COVID-19 y los que tuvieron las grandes guerras del siglo XX. En ese sentido, recordó que España, por ejemplo, estableció contribuciones sobre "beneficios extraordinarios" durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, creando impuestos progresivos. EEUU hizo algo similar luego de la Primera Guerra Mundial.
La coyuntura argentina de los últimos años, con un incremento en la desigualdad, también justifica la adopción de este tipo de medidas. "En mi país, sin ir más lejos, la desigualdad, cuando la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre escaló de 16 a 21 veces entre 2015 y 2019 , constituye uno de los principales problemas socio-económicos", señaló la diputada, considerando que la corrección de este fenómeno debe caracterizar a las políticas postpandemia.
En ese sentido, Vallejos dijo que la desigualdad no solo implica un "reproche moral" sino que también lleva consigo una "ineficiencia económica". Al respecto, explicó que "la evidencia empírica demuestra que el aumento de la tasa de crecimiento de la desigualdad está asociada a la reducción de la tasa de crecimiento del PBI, a la caída de la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) en relación con el PBI y a la reducción de las exportaciones en función del PBI".
Vallejos apuntó también que durante el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) "los impuestos regresivos crecieron 5,3 puntos porcentuales, los muy progresivos retrocedieron 1,4 y los progresivos, cayeron 1,3 puntos".
"El sesgo regresivo del periodo 2015-2019, exige que los nuevos tributos estén vinculados a impuestos altamente progresivos (Ganancias, Bienes Personales). Y es en este marco que se inscribe el debate sobre el impuesto extraordinario a las grandes fortunas que nos estamos planteando convertir en ley en las próximas semanas", añadió.
Para Vallejos, una comparación de la situación tributaria de Argentina con otros países también abona la idea de avanzar en impuestos más progresivos. En efecto, la legisladora consignó que su país recauda por impuestos a la riqueza más que el promedio de América Latina pero aún "está muy por debajo del promedio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)".
"Los países más desarrollados se han volcado a privilegiar los impuestos progresivos, como parte del consenso nacional que exige un proyecto de desarrollo para cualquier país que aspire a ello. ¿Acaso los latinoamericanos no deberíamos imitar los buenos ejemplos?", reflexionó.