“Hubo brotes de violencia contra nuestros agentes, lo cual es completamente inaceptable”, denunció el comandante Bas Javid, encargado de la operación policial en Londres.
Los detenidos se enfrentan a posibles cargos por alteración del orden público, violencia, agresión a agentes de policía, posesión de armas ofensivas y de drogas, entre otros delitos.
Algunos intentaron romper los cordones policiales y lanzaron botes de humos, bengalas, botellas de cristal y otros objetos contra los agentes del orden en escenas grabadas con cámaras de teléfonos móviles y de televisión.
Agentes antidisturbios entraron en acción en torno al Parlamento, el Cenotafio de Whitehall y la plaza de Trafalgar, entre otros focos de violencia.
Seis agentes sufrieron heridas menores, según confirmó la Policía Metropolitana de la capital británica.
“No hay lugar para la violencia racista en nuestras calles. Los que atacaron a la policía afrontarán todo el peso de la ley”, tuiteó el primer ministro, Boris Johnson.
El jefe del Gobierno conservador arremetió el día anterior contra las movilizaciones antirracistas del movimiento Black Lives Matter que, según escribió en su cuenta de Twitter, “han sido secuestradas por radicales con intención violenta”.
Black Lives Matter canceló la manifestación que había convocado en Hyde Park ante la amenaza de “muchos grupos de odio”, que llamaron a sus seguidores a desplazarse a Londres para proteger las estatuas y los monumentos nacionales.
Se temió en un principio una batalla campal entre los solidarios con el movimiento en contra de la injusticia racial y los extremistas nacionalistas que se unieron a la proclama de la Democratic Football Lads Alliance (DFLA) y Britain First, de corte fascista.