"Si todo va bien probablemente tendremos la vacuna en el primer semestre del año que viene; ya es un tiempo récord", asegura Rocca, que remarca que el Instituto Butantan ya tiene la capacidad necesaria para producir la vacuna a gran escala, algo que sería cuestión de meses.
El Gobierno de São Paulo (sureste), de quien depende el prestigioso Instituto Butantan, anunció esta semana una asociación con el laboratorio chino Sinovac para testar la vacuna contra el COVID-19 en Brasil, y en caso de que se verifique su eficacia, empezar a producirla.
De momento, ya ha sido administrada a cerca de 1.000 personas en China en las fases clínicas uno y dos, antes había sido aprobada en test en laboratorio y en monos.
Brasil, ahora uno de los epicentros de la pandemia, entra en la recta final de análisis por tener "una fuerte exposición" al virus, recuerda Rocca, y también porque la diversidad genética de su población, muy heterogénea, lo hace especialmente interesante.
El acuerdo con el laboratorio chino prevé el reclutamiento, a partir de julio, de 9.000 voluntarios brasileños, que probablemente serán profesionales sanitarios por estar en contacto directo con la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Plazos, el principal desafío
La otra parte del acuerdo prevé que, en caso de que la vacuna sea aprobada, el laboratorio chino transfiera la tecnología necesaria para que el Instituto Butantan pueda empezar a producirla a escala industrial en suelo brasileño antes de junio de 2021.
"Sinovac lo ha hecho todo en un tiempo récord, ahora intentaremos seguir sus plazos y su velocidad, será un desafío", comentó.
El punto más delicado, apunta, es precisamente el que empieza ahora, el llamado "follow up" o seguimiento de los voluntarios, porque la emergencia que requiere la vacuna obligará a acortar plazos, en comparación con lo que normalmente sucede con otras inmunizaciones.
El propio Instituto Butantan, por ejemplo, empezó en 2017 la fase de pruebas en voluntarios para la vacuna del dengue, y tres años después aún sigue monitorizando los posibles efectos adversos o fallos antes de lanzarla definitivamente.
"No puede haber dudas sobre la seguridad o protección de la vacuna, todo está siendo conducido en base a la ciencia", zanjó.
Rocca remarcó que el Instituto Butantan, una institución científica centenaria y de mucho prestigio en toda Latinoamérica, ya tenía contacto desde hace meses con los colegas del laboratorio chino Sinovac.
Parte de ese acercamiento tiene que ver con la apuesta del Gobierno del estado de São Paulo con el acercamiento a China, que en agosto de 2019 inauguró una oficina de representación en Shanghái, fortaleciendo así las relaciones con el país asiático, principal socio comercial de Brasil.