"Ya en mayo nuestros médicos notaron la progresiva disminución de la agudeza de la enfermedad en los pacientes con coronavirus hospitalizados. Se registró la reducción tanto del total de los infectados como del número de aquellos que necesitaban terapia intensiva, en particular por neumonía, al mismo tiempo aumentaron los pacientes que podían recibir tratamiento en su domicilio", refirió.
Un cambio tan serio del cuadro clínico exigió explicación científica, a lo que se dedicó el personal del laboratorio de microbiología y virología del Hospital San Raffaele, informó Clementi, quien encabeza este laboratorio.
"Organizamos un estudio durante el cual comparamos a 100 pacientes internados del 1 al 15 de marzo y otro centenar que ingresó en la segunda mitad de mayo, y descubrimos que la carga viral en la etapa inicial de la epidemia era decenas de veces más alta que a finales de mayo", refirió.
La carga viral se calcula mediante la evaluación del número de las partículas virales contenidas en un volumen determinado del líquido biológico.
La conclusión sobre el debilitamiento del virus encuentra confirmación en datos que llegan de otros países, que viven diversas etapas de la epidemia.
Clementi habló de un reciente estudio de científicos de Londres, basado en datos recibidos de China, Europa y EEUU, que permitió detectar mutaciones en determinadas zonas del genoma del virus, y señaló que eso significa que el virus se caracteriza por su alta plasticidad y su adaptación al organismo humano.
Tal proceso se desarrolla en todos los países, independiente de su posición geográfica y la etapa de la epidemia, y es probable que lleve a la reducción del potencial patógeno del virus, a la disminución de su virulencia; el virus puede debilitarse hasta el grado de ser capaz de provocar, solamente, enfermedades respiratorias banales, como otros coronavirus, supuso el científico.
Preguntado sobre la probabilidad de que en otoño llegue la segunda ola de la pandemia, Clementi dijo: "No me gustaría asumir el papel de oráculo, pero espero que eso no suceda".
Desde el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud califica de pandemia la enfermedad COVID-19, causada por el coronavirus SARS-CoV-2, que a escala global infectó a más de 7,4 millones de personas, provocando más de 417.000 decesos, según la Universidad Johns Hopkins (EEUU).