La hidroxicloroquina como posible tratamiento para combatir el coronavirus continúa generando debate. Estudios publicados en The Lancet y en The New England Journal of Medicine indicaron que su uso podría incrementar la mortalidad de la enfermedad, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a suspender las pruebas con este medicamento.
"Empezamos a revisar información y vimos que había datos de diferentes países que no estaban identificados con un investigador ni con una procedencia. Llegamos a la conclusión de que estos eran provisionados por la empresa Surgisphere la cual tenía acceso de una manera no identificada a la data. Estas inconsistencias cuestionan la credibilidad de esa información", explicó el médico Enrique Terán, doctor en farmacología, profesor de la Universidad San Francisco de Quito en Ecuador y uno de los autores de la carta.
Ante estos cuestionamientos, los autores de ambos trabajos se retractaron de los documentos. La OMS por su parte anunció que retomará el estudio Solidaridad, que tiene como objetivo definir si es recomendable o no usar la hidroxicloroquina como tratamiento para el nuevo coronavirus.
"Se sabe que el COVID-19 tiene cardiotoxicidad y, por lo tanto, los pacientes con una infección grave tienen miocarditis y un mayor riesgo de arritmias cardíacas. Por lo tanto, la hidroxicloroquina puede ser beneficiosa cuando hay una infección leve pero cuando esta es moderada a severa podría incrementar el riesgo de problemas cardíacos", indicó Terán.
Juicio crítico a la ciencia
"Lastimosamente vemos que se han dado dos fenómenos como consecuencia de la pandemia. El primero es que ha proliferado, de una forma exagerada, el uso de los preprints. Es decir, hacer públicos los artículos que aún no han pasado a la fase de revisión por pares y que, por lo tanto, no están aceptados. Y el segundo es que la gran mayoría de revistas han acortado los procesos de revisión de artículos", expresó el médico ecuatoriano.
Por esta razón, resalta la importancia de tener un juicio crítico al analizar la información de artículos científicos, aún cuando estén publicados en revistas de renombre, ya que no están libres de error.