El repostaje se llevó a cabo a 5.000 metros de altura y a una velocidad de 600 km/h, informó el Ministerio de Defensa de Rusia. La distancia entre los aviones en ese momento no superaba los 30 metros.
Para realizar la complicada maniobra por la noche se usaron unas luces adicionales.
Durante el vuelo nocturno, la tripulación tuvo que superar además unas condiciones meteorológicas adversas: un fuerte viento lateral.
Solo los pilotos experimentados se involucran en este tipo de maniobras.