Según el medio, en las movilizaciones participaron jóvenes de Pyongyang y de las provincias de Chagang y Hwanghae que "no pudieron contener la indignación" por el "acto irreflexivo" cometido por los tránsfugas "con la aprobación silenciosa de las autoridades surcoreanas", así como universitarios de las ciudades fronterizas de Kaesong y Rason que mostraron el "ardor de su ira hacia los enemigos que se atrevieron a arremeter contra nosotros".
Esperanza de China
El Ministerio de Exteriores de China expresó la esperanza de que las dos Coreas mantengan el diálogo para mejorar las relaciones bilaterales.
La portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, señaló que ambas Coreas "representan una misma nación".
"La relación entre el Norte y el Sur es un factor importante para la situación en la península de Corea. Como vecino próximo, China la apoya de manera consecuente y espera que ambas partes sigan adelante con la cooperación y la mejora de su relación mediante el diálogo", dijo durante una rueda de prensa.
Corea del Norte cortó el 8 de junio las líneas de comunicación civiles y militares con el Sur, al afirmar que no tiene nada que discutir con un Gobierno que se comporta de forma "decepcionante".
Las recientes medidas del Norte ponen en tela de juicio la política de distensión que comenzó en la península hace dos años.
En septiembre de 2018, tras una cumbre intercoreana en Pyongyang, los jefes militares de ambas naciones firmaron un acuerdo para continuar la política de distensión proclamada por los líderes en la Declaración de Panmunjom, en abril del mismo año.
En la Declaración de Panmunjom, las dos partes reafirmaron el objetivo de lograr la desnuclearización completa de la península de Corea, poner fin a las acciones hostiles, reanudar las reuniones de las familias separadas por la guerra de 1950-53 y mejorar las relaciones bilaterales, incluyendo la apertura de una oficina de enlace conjunta en la ciudad fronteriza de Kaesong.