"No hay paz sin justicia", corearon los asistentes a la multitudinaria protesta, que pese a la lluvia desbordó la céntrica plaza frente a la sede del Gobierno de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona.




Fueron más de 3.000 personas, según cifras de la Guardia Urbana de Barcelona, las que desde las 11:00 (hora local) se concentraon en respuesta a una convocatoria de la Comunidad Negra Africana y Afrodescendiente de España contra el racismo y en memoria de George Floyd.
Las imágenes de la violenta detención de Floyd dieron la vuelta al mundo y generaron una ola de indignación que saltó las fronteras estadounidenses y originó múltiples protestas en las principales ciudades del planeta, pese al escenario de pandemia.
En Barcelona, los manifestantes intentaron guardar las distancias de seguridad por el COVID-19 pero la gran afluencia hizo imposible mantener los dos metros entre personas recomendados por las autoridades sanitarias.
"Sabemos que este asesinato no es una cuestión puntual, sino que responde a la violencia histórica y estructural a que están sometidas las personas negras en Estados Unidos", afirmaron los promotores de la protesta en un manifiesto que leyeron en voz alta frente a los asistentes.
Fue denunciado que el racismo institucional y social no es un fenómeno exclusivo de América, sino que "también se da en el contexto de España y Cataluña".
Además de la violencia policial en EEUU, los manifestantes criticaron otras formas de racismo como la tragedia de los inmigrantes fallecidos en el mar Mediterráneo o el caso de Lucrecia Pérez, una inmigrante dominicana que en 1992 fue asesinada en Madrid, víctima del racismo.