Esta deuda incluirá la anterior y la que contraerá a raíz del uso de varios programas para luchar contra el coronavirus, incluido el Programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP, por sus siglas en inglés).
Es decir, habrá que sumar los bonos del Tesoro de España adquiridos por el BCE anteriormente, que equivalen al 20% del Producto Interior Bruto español, con los recursos que el país ibérico obtendrá a raíz de la implementación del PEPP.
La adquisición de los bonos del Tesoro español por parte del BCE desempeña un papel importante en las condiciones actuales, dado que evita que se dispare la prima de riesgo del país ibérico. Dicha prima indica la diferencia en la tasa de interés que suele pagarse a un inversor por depositar sus recursos financieros en un activo con una menor fiabilidad económica.
Si bien el BCE no planteó varias condiciones explícitas, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, que asiste a las reuniones del BCE, advirtió que una vez que los países se recuperen de la crisis volverán a estar en vigor las normas fiscales ordinarias y se adoptarán medidas más prudentes.