En distintas latitudes los locales vuelven a disfrutar de sus paisajes y las fronteras comienzan a abrirse con la promesa de la llegada de foráneos. Asia y Europa, primeros epicentros de la pandemia de COVID-19, fueron los pioneros en anunciar la tímida reactivación turística.
En Europa, Italia fue la primera en anunciar la vuelta del turismo a pesar de haber sido una de las naciones más afectadas por la pandemia. España, por su parte abrirá sus fronteras terrestres con Portugal y Francia el 22 de junio y recibirá nacionales de otros países a partir del 1 de julio. Alemania, en tanto, levantará el veto de viajes dentro de Europa desde el 15 de junio.
Según explicó a Sputnik Marcelo Risi, director de comunicación y portavoz de la OMT, "el turismo tiene que estar preparado para cuando realmente pueda despegar y recuperar tiempo perdido". Por eso, desde la agencia de Naciones Unidas han evaluado la situación y elaborado una serie de recomendaciones para evitar daños mayores y pérdidas de empleos.
"Las recomendaciones tienen dos patas. Por un lado están las políticas concretas de apoyo al sector turístico que descansan sobre todo sobre la pequeña y mediana empresa y son grandes generadores de empleo. Nuestro llamamiento y exhortación a los responsables políticos es a que protejan y mantengan el empleo y apoyen a las empresas dedicadas a la actividad", señaló.
De acuerdo a la OMT, 80% de las compañías de servicios turísticos son pequeñas o medianas empresas y generan uno de cada 10 empleos en el planeta. Debido a la pandemia los mejores escenarios sitúan la contracción económica anual del sector en 60%.