Aunque no lo parezca, la mitad de los planetas que forman el sistema solar tienen anillos a su alrededor: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Marte se podría sumar a ese grupo tras las nuevas evidencias encontradas por un estudio que encajan perfectamente con hipótesis anteriores.
Unos científicos ya apuntaron a esta posibilidad en 2017 poniendo el foco en la otra luna de Marte, en Fobos. Sugerían que esta podría haberse formado a raíz del impacto de un asteroide contra su planeta anfitrión, lo que esparció materia alrededor del mismo creando un anillo que más tarde se compactaría y daría lugar a la luna.
A este ritmo, se espera que dentro de 100 millones de años Fobos se aproxime tanto a Marte que sobrepase el límite de Roche y sea destruido por las fuerzas de marea del planeta, dando lugar a que los deshechos espaciales formaran un nuevo anillo que se fuera acercando a Marte a medida que un nuevo Fobos, creado también como resultado de este proceso, se fuera alejando.
El estudio de los científicos Andrew Hesselbrock y David Minton de 2017 indicaba que precisamente este proceso pudo haberse producido repetidas veces en el pasado. La nueva luna Fobos, según modelos de Cuk y sus colegas, podría haber tenido una masa 20 veces mayor que la luna actual, y al entrar en una resonancia orbital de 1:3 respecto a Deimos, la otra luna, la órbita de esta última se podría haber inclinado un poco.
"Nuestra mejor apuesta es [que el fenómeno se produjo] hace unos 3.500 millones de años. Esto concuerda perfectamente con los cálculos de Hesselbrock y Minton de cuando Marte tenía una luna interna que contaba con una masa 20 veces superior a la de Fobos", dijo el investigador a ScienceAlert.
En cuanto al antecesor de Fobos, el nuevo estudio sostiene que el astro pudo ser destrozado por la fuerza gravitatoria de Marte.
"Una vez que el anillo desapareció, la luna también empezó a caer a causa de las mareas marcianas (como Fobos). Cuando se acercó demasiado a Marte, sus fuerzas de marea pudieron desintegrarla y dar lugar a un nuevo anillo. El ciclo se repetiría, probablemente dos veces, hasta llegar al Fobos que vemos", prosigue el astrónomo.
La estimación del origen de Fobos queda situado en unos 200 millones de años atrás. La agencia espacial japonesa, JAXA, se dispone a enviar precisamente allí una sonda que obtendrá muestras de suelo lunar que podrán confirmar o desmentir estas hipótesis.