El Gobierno compró el edificio en Braunau en la frontera con Alemania bajo una orden de compra obligatoria en 2016 tras una larga disputa legal con sus dueños, y anunció que lo convertirá en una estación de Policía en noviembre.
Según el funcionario del Ministerio del Interior Hermann Feiner, la neutralización del lugar es el principal objetivo del esfuerzo. La roca en el exterior con la inscripción Fascismo nunca más gravada será trasladada a un museo en Viena, por lo que no quedará señal alguna del pasado de la casa.
Adolf Hitler pasó muy poco tiempo en la propiedad, donde nació en 1889, ya que su familia se fue unas semanas después a otro sitio y abandonó la ciudad de forma permanente cuando Hitler cumplió tres años.
Sin embargo, los neonazis viajaban al lugar, y las autoridades quieren asegurarse de que no los atraiga en el futuro.