2020 está siendo todo un desafío para el sector del petróleo: una pandemia global que está lastrando los precios, instalaciones de almacenamiento de crudo llenas, y ahora, por si fuera poco, se ciernen cada vez más dudas sobre la demanda que tendrá este bien en el futuro.
Si a esto le añadimos que se avecina la época de huracanes, tenemos una tormenta perfecta que está obligando a las grandes petroleras a buscar soluciones drásticas. Algunas de estas ya se han puesto manos a la obra para redirigir toda las extracciones de las plataformas a tierra, donde las instalaciones son más flexibles y los costes operacionales son menores, destaca el portal Oil Price.
La propagación del virus en estas instalaciones, por desgracia, no es un hecho aislado. La misma situación se ha repetido en el golfo de México, en el mar del Norte y en Mozambique, Canadá y Kazajistán, donde cientos de operarios se han contagiado del temido virus en las últimas semanas.
Las plataformas petrolíferas llevan años haciendo frente a grandes adversidades, y muchas compañías que operan utilizándolas todavía se tienen que recuperar de la última gran caída del precio del petróleo de 2014-2015, cuando los precios cayeron a mínimos de 40 dólares.
Estas estructuras y su equipamiento asociado, por lo general, "no podrán pagar su deuda pendiente total de 2020 sobre la base de su flujo de caja de las actividades operativas, a menos que puedan hacer suficientes recortes de gastos de capital. De lo contrario, tendrán que recurrir a los mercados de capital para refinanciarse", dijo Rystad en abril a Forbes.
Y con la economía global que se enfrenta a dificultades, es posible que la industria no pueda asegurar los fondos que necesita para mantenerse a flote, concluye el artículo.