De acuerdo con Elliott Abrams, el enviado especial de EEUU para Venezuela, la campaña de presión se está llevando a cabo "para asegurarse de que todos reconozcan que esta sería una transacción muy peligrosa para ayudar". Agregó que advertencias diplomáticas se han enviado en privado a los Gobiernos "de todo el mundo".
"Hemos alertado a la comunidad naviera de todo el mundo, a los propietarios de buques, capitanes de buques, aseguradoras de buques, y hemos alertado a los puertos en el camino entre Irán y Venezuela", dijo Abrams en una entrevista con Reuters.
Abrams consideró que el combustible ya enviado por Irán a Venezuela en los últimos días a bordo de cuatro tanqueros solo duraría unas pocas semanas y que, la mayor parte, sería desviada. Tras la alerta de EEUU, el enviado afirmó que no cree que sea posible encontrar "propietarios de barcos, aseguradoras, capitanes y tripulaciones dispuestos a participar en estas transacciones en el futuro".
"Para las autoridades iraníes es importante mostrar al mundo que Washington no romperá Irán y que la estrategia de sanciones de Trump es la más desastrosa posible. Así que, Teherán también optará por el agravamiento [de tensiones]", apuntó Baklitski a Sputnik.
Adlan Margóyev, analista del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (MGIMO), coincide con Baklitski y considera la ayuda humanitaria a Venezuela un ejemplo práctico de la posición de Irán.
"Teherán está actuando de manera demostrativa. Es como si dijeran 'enviamos nuestros petroleros con gasolina para un aliado, traten de impedírnoslo'. Los iraníes dejan en claro que no aceptan presión y que, con ellos, hay que negociar", dice el experto.
El envío de los tanqueros de Irán con destino a Venezuela provocó una tensión entre Teherán y Washington. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó incluso con atacarlos. El Gobierno iraní, por su parte, advirtió que no toleraría 'problemas' causados por EEUU a los petroleros enviados a Venezuela.