En épocas prehispánicas, el árbol de frutos con forma de testículos era considerado un árbol que generaba vida. Pertenece a la familia Lauraceae, originaria de Mesoamérica. En México, el aguacate como tal nació en las partes altas del centro y este del país. También se desarrolló en las partes altas de Guatemala.
Desde entonces y hasta hoy se puede consumir el aguacate con ajo, cebolla, jugo de limón y sal, aunque las variaciones son casi infinitas. Hay personas que le agregan chicharrón, tocino, mayonesa, mariscos e incluso huevo.
La salsa de aguacate, sea cual sea la combinación que elijamos, es indispensable para acompañar tacos, quesadillas, tostadas y muchísimos platos típicos mexicanos.
Quizá tenga que ver con que los científicos han descubierto que el aguacate puede ser adictivo: comerlos junto a carbohidratos tiene un efecto tan adictivo para el cerebro como las drogas.
📎📹 La tostada con aguacate de @AndreaLegarreta: sencillo, económico, nutritivo y sobre todo ¡delicioso! 🍽
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 28, 2020
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También se han hecho múltiples investigaciones que dan cuenta de los beneficios que tiene el consumo de aguacate. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), comer 100 gramos de aguacate al día puede ayudar a mejorar tu salud.