"La situación en Libia no es solo difícil, constatamos que continúa degradándose", dijo Zajárova, al precisar que se trata de la situación político-militar.
La portavoz advirtió que la tregua anunciada en enero de este año se ha frustrado completamente y que la continuación de la crisis sistémica amenaza con consecuencias desastrosas para el pueblo libio.
"Rusia, durante sus contactos con las partes del conflicto libio, seguirá destacando que una solución militar no tiene perspectivas ni puede resultar eficaz", concluyó.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes:
- el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del Ejército Nacional Libio (ENL);
- y el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU y liderado por Fayez Sarraj, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.
A principios de abril de 2019, Libia entró en una nueva espiral de violencia después de que el Ejército Nacional Libio, del mariscal Jalifa Haftar, empezara una ofensiva para liberar Trípoli de "terroristas".
Las fuerzas leales al Gobierno de Sarraj respondieron con la operación Volcán de Ira contra las tropas del mariscal.
La situación en Libia se agudizó todavía más después de que Haftar anunciase a finales del mes pasado su retirada del pacto político de 2015 que dio origen al Gobierno de Acuerdo Nacional y declarase que el ENL aceptaba "la voluntad del pueblo" y se hacía con el poder en el país.