"Nuestra exención de sanciones no se extiende a las obras en ninguna unidad adicional que pueda construirse en Bushehr. Estamos dispuestos a seguir apoyando el reactor de Bushehr, pero no creemos que Irán deba tener reactores nucleares adicionales", manifestó en una rueda de prensa el secretario de Estado adjunto de EEUU para la seguridad nacional y la no proliferación, Christopher Ford.
Más adelante, Ford reafirmó que con un reactor en Bushehr "es suficiente".
"Irán ni siquiera lo necesita, pero existe y queremos asegurarnos de que sigue siendo seguro y no contribuye a los problemas de la proliferación [nuclear]. Pero evaluaremos en 90 días todos los hechos y tomaremos la decisión en ese momento", declaró.
Al mismo tiempo, Pompeo dijo que se extiende por 90 días la exención que cubre la asistencia internacional a la Unidad 1 de la central nuclear de Bushehr, para garantizar la seguridad de las operaciones. EEUU seguirá monitoreando de cerca los desarrollos en el programa nuclear de Irán y podrá modificar esta exención en cualquier momento, añadió.
La construcción de la planta atómica de Bushehr, la primera de Irán, fue iniciada en 1974 por el consorcio alemán Kraftwerk Union A.G. (Siemens/KWU), pero en 1980 la compañía rompió el contrato debido a la decisión del Gobierno alemán de apoyar el embargo de EEUU sobre el suministro de equipos a Irán.
En agosto de 2012, el primer reactor alcanzó su plena capacidad de 1.000 megavatios.
En noviembre de 2019 se llevó a cabo el primer hormigonado en lo que sería la unidad 2 de Bushehr.
Según las previsiones, las unidades 2 y 3 de la central nuclear podrían hacerse operativas dentro de seis y ocho años, respectivamente.