Con dos meses de retraso, la Comisión Europea por fin presentó su propuesta de ayuda para hacer frente a la crisis económica desatada por la pandemia de coronavirus. El fondo Next Generation UE habrá ahora de discutirse en el Parlamento europeo.
El Plan de Reconstrucción que propone la Comisión Europea añade 750 milM€ a lo ya acordado
— Lídia Brun (@LilyPurple311) May 27, 2020
* 500 mil M€ en transferencias (propuesta Merkel-Macron)
* 250 mil M€ en nuevos préstamos
+ 100 mil M€ del SURE (subsidio a la financiación de los ERTEs)
+ "200" milM€ del BEI
~1Billón https://t.co/7PXACqbSSR
Disponibilidad y duración
El plan de la Comisión Europea en principio conjuga las exigencias de los dos bloques formados en el seno de la UE por los países del norte (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) y por los del sur (Portugal, Italia, España y Grecia).
En septiembre se podrán derivar 5.000 millones para las regiones más afectadas, otros 5.000 en apoyo de la solvencia de las empresas, y una cantidad todavía por dilucidar para la "acción exterior". El resto lo hará el 1 de enero de 2021, una vez se apruebe el presupuesto de la UE. En junio el Consejo Europeo dará la forma definitiva al plan antes de su paso por el Europarlamento para su ratificación.
La Comisión Europea acaba de dar un paso decisivo. Alemania ha decidido por motivos estratégicos -no por caridad- que el sur de Europa no se puede hundir.
— Enric Juliana Ricart (@EnricJuliana) May 27, 2020
Y aquí la discusión versa sobre el duque de Ahumada y el padre de un vicepresidente.
Cargas huecas.
Sobre la condicionalidad
Los préstamos representan el 33% del total de la ayuda del plan Next Generation UE. Esto quiere decir que la deuda de los países más necesitados (España e Italia) se incrementará en niveles superiores al 9% de su PIB, según estimaciones de la Comisión Europea.
Esta circunstancia podría dar pie a un relajamiento de las normas de competencia en la UE que acabará favoreciendo al país que está acaparando la mitad de las ayudas: Alemania. Da la impresión de que este país termina por beneficiarse también de un escenario que no era su preferido, pues en el fondo no simpatizaba tanto con la mutualización de la deuda como con la política de préstamos condicionados.
La aprobación del Fondo de Recuperación por parte de Alemania quizás traiga una peligrosa contrapartida: que la Comisión haga la vista gorda con las ayudas estatales a sus empresas. Esta puede ser la "nueva condicionalidad". https://t.co/ZpzvDhTO4q
— Jose Perez (@economyred) May 27, 2020
Ahora los fondos destinados a transferirse a los Estados, que de facto son de cohesión, se distribuirán de forma inhabitual a lo contemplado en el presupuesto de la UE, pues el reparto atenderá al impacto de la pandemia en cada país. Es un dinero que en realidad queda bajo la influencia de los mecanismos Semestre Europeo y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que establecen límites fiscales y piden reformas estructurales, lo que la opinión pública concibe como "recortes". Es decir, la condicionalidad ansiada por los países del norte podría estar implícita. En todo caso, Bruselas exige que ese dinero se invierta en proyectos para asegurar la transición digital y ecológica de la economía.
1. Llevo cuatro horas leyendo sobre 'El Plan de los 750.000 millones', y la verdad es que no lo veo. De esos, 500 mM van a ser ayudas directas financiadas con deuda a 30 años emitida por la Comisión. Esas transferencias directas --a ESP vendrían 63 mM-- estarían
— Santiago Niño (@sninobecerra) May 28, 2020
"Es muy curioso que esos 77.300 millones, en porcentaje de PIB, recuerden la caída, que en el escenario menos dañino, se ha previsto para España este año", declara a Sputnik el economista Santiago Niño Becerra, quien señala la posibilidad de que este dinero sean "subvenciones con un nivel de condicionalidad muy genérico: profundizar en el desarrollo digital y en el proyectos medioambientalmente limpios".
"Y también es posible que gran parte de esos fondos acaben en la caja de corporaciones europeas en forma de compras de suministros, pero lo que tiene una verdadera importancia es que la prima de riesgo de España está controlada", afirma.
"Yo no lo acabo de ver", asegura este catedrático de la Universidad Ramón Llull de Barcelona.
"Es decir, esos fondos, independientemente de su nivel de condicionalidad, están orientados al futuro, y las pérdidas de PIB y de empleo que España ha tenido debidas a la COVID-19 han sido, básicamente, de sectores del pasado", concluye este economista.
Una ayuda en dos fases
En su primer acto, el plan de ayuda de la UE contempló 540.000 millones de euros distribuidos en tres partes: 200.000 millones de euros en avales para las empresas del Banco Europeo de Inversiones, 240.000 provenientes del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y otros 100.000 del programa SURE para financiar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
España cifra en unos 18.000 millones de euros la cantidad necesaria para financiar los ERTEs acometidos, si bien al país le corresponderían sólo unos 15.000 millones provenientes del SURE, a falta de conocer las condiciones del préstamo y la cifra exacta. La segunda fase de la ayuda son los 750.000 millones del Next Generation EU. El Ejecutivo comunitario los tomará prestados de los mercados financieros para "apoyar a los Estados miembros con inversiones y reformas para afrontar la crisis".