El Senado de EEUU aprobó una ley que podría privar a algunas empresas chinas del acceso a las bolsas de valores del país norteamericano. Según la nueva ley, todas las empresas deben demostrar que no están controladas por los gobiernos extranjeros y someterse a una auditoría de la Junta de Supervisión de Contabilidad de Compañías Públicas (PCAOB, por sus siglas en inglés).
Anteriormente, este procedimiento era obligatorio solo para las empresas estadounidenses, pero lo es para todas las compañías, incluidas las chinas.
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China destacó en su comunicado que algunas provisiones de esta ley están dirigidas contra el país asiático y no se basan en las consideraciones profesionales relacionadas con la regulación de valores. Aparte de perjudicar los intereses de ambos Estados, esta iniciativa legislativa socava tanto la confianza de los inversores en los mercados de capitales de EEUU como su estatus internacional.
¿Por qué el mercado bursátil es tan atractivo?
El mercado bursátil de Estados Unidos siempre ha sido atractivo para las empresas chinas debido a que no tenía una regulación extremadamente estricta. Por ello, las mayores empresas tecnológicas chinas como Alibaba o Baidu optaron por lanzar sus ofertas públicas de venta en Nueva York. Mientras tanto las reglas para cotizar en las bolsas de China eran bastante estrictas; suponían un reto incluso para los campeones nacionales, y mucho más para las empresas emergentes.
Por ejemplo, para lanzar una oferta pública de venta en Shanghái, una empresa debe ser rentable durante al menos tres años y registrar más de 4,19 millones de dólares en beneficios totales. Para las empresas emergentes este requisito es muy alto.
¿Qué busca conseguir Washington con la nueva ley?
Formalmente, la nueva norma para cotizar en las bolsas estadounidenses persigue crear las mismas condiciones para todas las empresas. No obstante, esta medida está dirigida específicamente contra las empresas chinas y encaja perfectamente en la estrategia general de Washington de buscar frenar el desarrollo de China, aseveró a Sputnik Chen Fengying, experta del Instituto de Economía Mundial de la Academia China de Relaciones Internacionales Contemporáneas.
Según la politóloga, ahora, Estados Unidos está obsesionado con la idea de denigrar a China. Esto es especialmente evidente tras la expansión de la pandemia de coronavirus. Además, el incidente protagonizado por la empresa china Luckin Coffee, cuyas acciones cotizaron en Nueva York, exacerbó el problema del fraude relacionado con la oferta pública de venta. El caso de Luckin Coffee contribuyó a que ahora Washington crea que la práctica de exagerar los resultados financieros está muy extendida entre las empresas chinas.
Una investigación reveló que Luckin Coffee falsificó los datos de ventas de sus productos, inflándolos 310 millones de dólares. Como resultado, la comercialización de las acciones de Luckin Coffee en la bolsa de Nueva York se suspendió temporalmente. Tras reanudar su capitalización, se desplomó un 35%, hundiendo las cotizaciones de otras empresas chinas como Alibaba, iQiyi, Baidu y JD.com. Aunque estas compañías no guardan relación con Luckin Coffee, los inversores comenzaron a sospechar de que podían estar recurriendo a las mismas prácticas.
Previamente la Administración Trump había prohibido a los fondos de pensiones invertir en las acciones de compañías chinas. Y la semana pasada el Senado aprobó la ley de auditoría.
Aparentemente, Washington entendió que la presión arancelaria ejercida sobre China no había funcionado y decidió allanar el camino para otra escalada y desatar una confrontación financiera con el país asiático. No obstante, como en el caso de los fondos de pensión, los inversores estadounidenses también se verán afectados si las empresas chinas son excluidas de las bolsas nacionales, dado que ocupan una parte importante en su mercado bursátil, advirtió Chen Fengying.
Una comisión de economía y seguridad sino-estadounidense calculó que actualmente un total de 156 empresas chinas con una capitalización bursátil de 1,2 billones de dólares está presente en los mercados de valores de EEUU, estimados en 36 billones de dólares. Según la experta, no es difícil deducir que su posible retirada de estos mercados financieros conduciría a una brusca caída de la capitalización bursátil de las bolsas estadounidenses.
"Durante los años posteriores a la crisis financiera cientos de compañías procedentes del país asiático comercializaron sus acciones en las bolsas estadounidenses. Y esto dio un gran impulso al desarrollo del mercado de valores de EEUU, ya que las herramientas financieras chinas fueron sustentadas por las oportunidades del mercado de China y las elevadas ganancias", recordó.
Además, Chen Fengying enfatizó que es poco posible que Washington excluya a todas las empresas chinas de sus mercados de valores a corto plazo, pero no descartó el desenlace de este escenario a largo plazo. Y son la epidemia y la recesión económica mundial lo que se lo permite.
Al mismo tiempo, la entrevistada destacó que en cualquier caso las empresas chinas tienen alternativas a Nueva York. Así, en caso de que las cosas se pongan demasiado complicadas para ellas en la bolsa norteamericana, siempre podrán trasladar sus activos a las de Londres o Hong Kong.