El diputado ucraniano Andréi Derkach publicó las grabaciones de una conversación telefónica que el expresidente del país, Petró Poroshenko, sostuvo en 2016 con el entonces vicepresidente de EEUU, Joe Biden.
En el audio, Biden aborda con Petró Poroshenko muchas decisiones políticas que deberían tomarse en Ucrania, incluido el despido del fiscal general Víktor Shokin.
Donald Trump y sus partidarios afirmaron que Biden insistió en despedir a Shokin porque estaba investigando a la empresa privada de energía Burisma.
Según el abogado de Donald Trump, Rudolph Giuliani, entre la empresa ucraniana de petróleo y de gas Burisma y la estadounidense American Wirelogic Technology existió un completo esquema para lavar dinero, gracias al cual, el hijo de Biden recibió alrededor de tres millones de dólares.
"Las conversaciones de Petró Poroshenko con sus coordinadores estadounidenses Joe Biden y John Kerry revelan el papel de Washington en la política ucraniana después del golpe de Estado de 2014", comentó el politólogo y publicista Mateusz Piskorsky.
"Lo que impacta es el nivel de injerencia. Por supuesto, ya estábamos al tanto del control estratégico de EEUU sobre Ucrania. Pero ahora también ha quedado claro que incluso los nombramientos personales de nivel medio se realizaron bajo el control de Biden y Kerry".
Mientras tanto, Piskorsky señaló que "la sociedad estadounidense está tan fuertemente dividida por los partidos que esta noticia no será decisiva para las perspectivas de elección de Biden".
"Para los partidarios del candidato democrático, todo esto es una provocación por parte de Trump y su equipo", dijo.
Los medios conservadores publicaron artículos sobre las conversaciones entre Biden y Poroshenko, pero la mayoría de los principales medios de comunicación subestimaron su importancia. El diario The Washington Post, por ejemplo, las calificó como "gigante hamburguesa de nada", mientras que Newsweek repitió las declaraciones de Poroshenko de que las grabaciones se hicieron públicas como parte de la supuesta "operación especial" rusa.
"La abrumadora mayoría de los medios de comunicación es contra Trump y por lo tanto es más condescendiente con Biden. Desafortunadamente, EEUU tendrá que elegir a uno de estos dos".
El profesor Stephen B. Presser, de la Escuela de Derecho de la Universidad de Northwestern, opinó que las grabaciones "probablemente tendrán poco impacto" en Biden.
"A menudo los estadounidenses prestan más atención a la características étnicas, y el compromiso de Biden con el catolicismo y la raza de su futuro vicepresidente (siempre que nombre a una mujer afroamericana) pueden ser mucho más importantes que lo de Ucrania".
A pesar de que las grabaciones que se publicaron el 19 de mayo aún no han perturbado al público en EEUU, la Fiscalía General de Ucrania inició una investigación penal sobre posible traición y abuso de poder por parte de Poroshenko.
El expresidente ucraniano insiste en que las grabaciones fueron fabricadas. La campaña de Biden no cuestionó su autenticidad, pero dijo que estaban "muy editadas".