El Gobierno publicó el pasado miércoles 20 una nueva orden ministerial SND/422/2020, de 19 de mayo donde se regula el uso obligatorio de las mascarillas. En ella, se especifica que "el uso de mascarilla será obligatorio en la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros".
Las mascarillas son de uso obligatorio a partir del 21 de mayo con sanciones desde los 600 euros. Ante esta inusual situación golpeada por la pandemia, algunos diseñadores han visto como una oportunidad la fabricación de sus propios modelos de mascarillas, que ya se han convertido en un elemento más dentro de la cotidianidad. La polémica llevó a las autoridades a especificar que no era necesario que los deportistas llevaran mascarillas, lo cual ha alentado tanto las voces críticas como las entusiastas:
Estamos locosssssssssssssss la mascarilla siempre por favor, yo la utilizo tanto para montar en bici como para correr y no pasa nada de hecho al hacer cualquier tipo de deporte la exhalación es mucho mas fuerte y puede ocasionar mas contagios en el caso de que tuviéramos el virus
— Montero M (@MonteroMV1977) May 20, 2020
Para hacer deporte no hace falta mascarilla porque por lo visto cansa mucho y se agobian las criaturas.
— Bansan (@Bansan__) May 20, 2020
En cambio tenemos que llevarlas para descargar camiones, poner adoquines o pegar martillazos ocho horas.
Gobernáis para pijos.
¿Por qué el deporte es incompatible? Una cosa es un deportista de alto nivel y otro el que sale a correr para estar en forma. Vivo a 1000 metros y mi hijo (14 años) y yo usamos la mascarilla para montar en bici. Haciendo deporte se expulsan más gotas. Habéis dado patente de corso
— Ivan V (@IvanV24116064) May 21, 2020san
El fundador de la marca deportiva CaptainHook Carlos Merlo, quien lleva dedicado a la moda deportiva más de un lustro, cree que aunque "todos deberíamos tomar precauciones, los deportistas de élite en sus entrenamientos y competiciones lo tienen complicado".
"Hay que pensar que cualquier deportista de elite, lo que gasta prácticamente en cualquier disciplina es oxígeno, y una mascarilla, en un uso deportivo profesional, te está limitando obtener el oxígeno necesario. Tenemos que pensar que esa alta intensidad, en el movimiento o el esfuerzo del deportista de élite, detrás de una mascarilla, está generando más dióxido de carbono del que generamos tú o yo al pasear al perro o estar sentados en la oficina", recalca el empresario.
A pesar de ello, Merlo lanzó a mediados de abril una línea de mascarillas multiusos compuestas por neopreno hidrofugado, impermeable y antibacteriano con tres capas de protección que aportan transpirabilidad al tejido sin perder las propiedades de repelencia. Sin embargo, aunque la marca está especializada en complementos deportivos, su objetivo es llegar a todos los públicos: "Hemos querido hacer de las mascarillas un producto polivalente para el público general y que pueda ser usado en ambos mundos".







La compañía —que cuenta con más de 20.000 seguidores en Instagram— lanzó en preventa las mascarillas a mediados de abril hasta el 18 de mayo, y a partir de esa fecha las empezaron a distribuir entre sus clientes. A diferencia de otras mascarillas, decidieron venderlas por tallas lo cual es un punto destacable pues facilita la correcta protección del usuario.
"Teniendo en cuenta que nos estábamos quedando sin stock, decidimos crear mascarillas. Primero pensamos en hacerlas de tela, pero descartamos la idea porque no protege. Más tarde, pensamos en el neopreno deportivo y empezamos a investigar", subraya "éramos conscientes de que nos metíamos en un mundo que no era el nuestro, por ello nuestro principal objetivo fue ayudar", comenta el emprendedor deportivo.
El mundo del diseño, además, se ha visto gravemente afectado por la pandemia: "Con el cierre de los gimnasios, la primera semana del confinamiento nuestras ventas cayeron un 80%, lo que equivale a unos 150.000 euros aproximadamente"
No obstante, esa cuarentena obligó a muchos españoles a tener que entrenar en sus casas y ahí, resalta el empresario, "tuvimos la suerte de que todos nuestros W-8 Tactical vest (una especie de chaleco militar), los vendimos. Agotamos todo nuestro stock de fábrica". El precio de cada mascarilla es de 14,95 euros, pero según aclara su inventor, las ganancias se donarán a un banco de alimentos".
Hasta el momento, han vendido unas 400 mascarillas desde su lanzamiento en preventa y todo apunta a que seguirán haciéndolo durante un tiempo: "La mascarilla se ha convertido en un producto más de nuestro catálogo, y seguiremos fabricándolas con distintos diseños". Además, están trabajando en alguna variación de este producto para incluirlo en otro tipo de deportes como puede ser el ski, pues tal y como asegura el empresario madrileño "las mascarillas se va a convertir en un elemento cotidiano de aquí a al menos los dos próximos años".