La vida en la Tierra se beneficia de la atmósfera basada en oxígeno y nitrógeno, característica necesaria para que las miles de especies existentes en el planeta puedan respirar, alimentarse y reproducirse. Y con el fin de encontrar vida extraterrestre, hemos buscado dentro y fuera de nuestro sistema solar condiciones semejantes a las de nuestra atmósfera en otros planetas, lo que podría estar limitando las investigaciones.
Publicado en la revista científica Nature Astronomy, un estudio liderado por Seager y difundido por el propio MIT se propuso demostrar que existen formas de vida capaces de sobrevivir y colonizar ambientes muy diferentes, basados en hidrógeno, por ejemplo.
Para llegar a esa conclusión, el estudio tomó a dos formas de vida microscópicas muy conocidas para el ser humano: la bacteria escherichia coli, famosa por su papel fundamental en el proceso digestivo de los mamíferos, y la levadura, el hongo unicelular utilizado por el ser humano en la cocina.
Los investigadores colocaron a los dos tipos de microorganismos en recipientes sellados diferentes. Primero, los llenaron con oxígeno y nutrientes para que pudieran alimentarse. Más tarde, quitaron el oxígeno y rellenaron los recipientes con hidrógeno, creando un ambiente 100% hidrogenado.
"No creo que a los astrónomos se les haya ocurrido que pudiera haber vida en ambientes de hidrógeno", reflexionó Seager.
Para la científica, experiencias como esta deberían incentivar la colaboración entre astrónomos y biólogos, sobre todo a la hora de evaluar si es posible que planetas tan diferentes a la Tierra pueden albergar formas de vida.
¿Por qué hidrógeno?
Poner el foco en planetas basados en hidrógeno tiene su punto. Según explicó Seager, se tratan de atmósferas más expansivas que resultan más fácil de detectar para los telescopios. Además, destacó la experta, son planetas diferentes a la Tierra pero no "imposibles de reconocer" para el ojo humano, ya que podrían tener minerales bajo tierra, océanos y hasta un cielo azul.
Otro de los avances del estudio es poder contribuir prontamente al desarrollo de telescopios más potentes. Hasta ahora, los planetas basados en hidrógeno fuera de nuestro sistema solar que han sido observados son demasiado pequeños para ser analizados con los telescopios existentes. Si efectivamente se desarrollan aparatos más potentes en los próximos años, los astrónomos ya sabrán que buscar vida en planetas con atmósferas de hidrógeno no será tiempo perdido.