En total el Departamento de Defensa pidió unos 17.700 millones de dólares para adquirir esas dos primeras unidades. Dicha suma es menor que la que había planeado gastar previamente en construirlas.
En particular, el presupuesto presidencial estimó el costo de la principal nave del proyecto Columbia en unos 14.000 millones de dólares y, el de la segunda, en unos 9.300 millones. Además, la Marina de EEUU ya había gastado alrededor de 6.200 millones de dólares en el primer buque, y necesita otros 8.200 millones de dólares más para acabarlo. A modo de comparación, un sumergible de la clase Ohio vale tan solo 3.000 millones de dólares.
Sin embargo, la pandemia de coronavirus puede obstaculizar la construcción de estos sumergibles o la financiación del respectivo proyecto. Por lo tanto, es posible que el primer submarino de la clase Columbia no esté listo para realizar su primera patrulla, programada para 2031, según un reciente reporte del Servicio de Investigación del Congreso.
Más caro y peligroso que los submarinos Ohio
Se cree que los nuevos sumergibles construidos en el marco del proyecto en cuestión tendrán casi la misma dimensión y desplazamiento que los de la clase Ohio y, a la vez, que superen a estos en capacidad de combate.
"Un submarino de la clase Columbia contará con 16 misiles, frente a los 24 que los Ohio llevan equipados. Sin embargo, sus nuevos misiles Trident II en su versión D5 estarán dotados de ojivas superpotentes (…) que tendrán un margen de desviación del impacto en el blanco no superior a unos 90 metros. Es decir, será una de las armas más precisas entre los misiles balísticos intercontinentales", explicó a Sputnik el experto en materia militar Alexéi Leónkov.
Finalmente, los constructores navales de EEUU instalarán un sistema de control compuesto por un sónar, varias herramientas de vigilancia óptica, armas y comunicaciones. Dicho sistema incrementará la automatización de la embarcación entera y, como consecuencia, reducirá el número de tripulantes necesarios para operarla a 157 personas.
El principal competidor del Columbia
Mientras el Pentágono trata de obtener los recursos financieros del Congreso necesarios para construir los Columbia, Rusia se prepara para poner en servicio un nuevo submarino de propulsión nuclear que de ninguna manera cede frente a los futuros sumergibles estadounidenses. Se trata del submarino principal del proyecto 955A Borey-A, bautizado como Knyaz Vladimir.
Este año la novedosa embarcación completó las pruebas, y, en junio del 2020, entrará en servicio en la Flota del Norte de Rusia. En contraste con los submarinos clásicos del proyecto Borey, el Knyaz Vladimir modernizado contará con los campos acústico y magnético reducidos. De estos campos depende el nivel de indetectabilidad del submarino frente a las armas antibuque del enemigo y a qué distancia los sistemas de guiado de torpedos son capaces de identificarlo.
Además, los constructores navales rusos instalaron a bordo del Knyaz Vladimir modernos medios de control, de comunicaciones y un sónar que han mejorado las condiciones de vida y de trabajo de su tripulación. El sumergible acabó automatizándose más, hecho que permitió reducir el número de tripulantes a 107 personas, es decir, menor que la plantilla requerida a bordo de los Columbia.
El sumergible ruso es casi idéntico al de EEUU en tamaño, desplazamiento y arsenal. Está dotado de 16 misiles balísticos. El Trident II D5 estadounidense tiene mayor alcance y mejor precisión que su competidor. No obstante, el P-30 ruso lleva en su interior una mayor carga explosiva.
Con todo eso Rusia está desarrollando los submarinos de quinta generación. Estas naves de propulsión nuclear deberán rastrear sumergibles como los de la clase Columbia en las profundidades de los océanos a partir de 2030. Se trata del submarino multipropósito del proyecto Husky. Formalmente no será una nave estratégica, pero podrá realizar una amplia gama de tareas, incluidas misiones relacionadas con la disuasión nuclear.
Ahora, los constructores navales de Rusia están trabajando sobre un boceto del primer submarino de ese proyecto, considerando crear dos versiones de ese buque. La primera versión estará equipada con los misiles Kalibr modificados para combatir los submarinos estadounidenses de las clases Ohio y Columbia. La segunda estará armada con los misiles hipersónicos Tsirkon.
Además, se espera que estas naves sean más pequeñas que los sumergibles modernos del proyecto Borey. La información detallada sobre su dimensión y sobre la tripulación se desconoce, pero varios expertos consideran que este no pesará más de 13.000 toneladas y no requerirá una tripulación superior de 90 personas. Por si fuera poco, estos sumergibles podrán contar con un sistema de información y control integrado y dotado con inteligencia artificial.
"Los barcos del proyecto Husky utilizarán todas las tecnologías que han sido introducidas en los barcos de proyectos 885M Yasen-M y 955A Borey-A. En algún momento posterior a 2025 el proyecto estará listo y patentado, y comenzará la construcción de su submarino principal", concluyó el experto.