"En esos momentos [de la detención policial] vi muy pequeño el ataúd y por eso, involuntariamente, me recosté. Estaba con el regidor. Mi persona se acercó donde están fabricando los ataúdes para verificar su tamaño, la altura y el ancho. Por eso me recosté, no tiene nada que ver la intervención policial", dijo Urbina en declaraciones recogidas por el diario local Perú 21.
Según versión de las autoridades, el miércoles, durante un operativo de vigilancia, el funcionario estuvo bebiendo licor en la vía pública y violando la cuarentena, por lo que al verse descubierto optó por echarse en un ataúd de madera preparado para los fallecidos por COVID-19.
El alcalde salió al frente de las versiones policiales y negó que estuviera bebiendo licor, sino que estaba con dos amigos "comiendo galleta con pan", afirmando que todo se habría tratado de un malentendido.
Sin embargo, el funcionario edil no explicó las razones por las que habría probado el tamaño del ataúd donde fue captado en posición mortuoria y con los ojos cerrados, en una foto que se hizo viral en redes sociales.
A la fecha, Perú registra 3.148 decesos por la enfermedad y 108.769 infectados.