Desde que el dueño de SpaceX, Elon Musk, lanzó en 2013 la idea del tren ultrasónico Hyperloop, algunas empresas están tratando de desarrollar esa tecnología. Sanchis, a quien el gusto por este tipo de técnicas y por la robótica le vino cuando estudiaba el Grado de Ingeniería Industrial en Madrid, trabaja junto a su socio Alae Moudni en la aplicación de la tecnología Hyperloop para unir dos continentes, Europa con África.
"Llevábamos mucho tiempo interesados en ella. El modo de vida cambiaría radicalmente. Si se construyese una red de Hyperloop a nivel global, las distancias no serían un problema", asegura el ingeniero.
La idea surgió en 2018, cuando Sanchis tenía 23 años, mientras estudiaba su segundo año de máster en el Illinois Institute of Technology (IIT) de Chicago:
Aunque los precios pueden variar, se estima que los billetes ronden los 100 euros y que la duración del trayecto sea de aproximadamente una hora. Así, pretenden crear dos rutas independientes para unir ambos continentes en dos fases. La ruta española será Madrid-Sevilla-Algeciras y la ruta marroquí será Marrakech-Casablanca-Tánger.
"Una vez tengamos estas dos líneas, la idea es hacer una segunda fase que consistirá en unir Algeciras y Tánger. De tal manera las seis ciudades quedarán conectadas por nuestra ruta de Hyperloop al final de esta etapa", explica Sanchis.
"La intención ahora es terminar las rutas en el puerto de Tánger y en España en Algeciras, para tener todo preparado y después construir una ruta a través del mar hacia el puerto español, que son solo 30 kilómetros", señala el emprendedor español.
Durante los últimos años, Marruecos está intentando desarrollar su tecnología para dar un salto cualitativo a África. No hay que olvidar que la primera línea de trenes de alta velocidad de toda África se estrenó hace dos años en Marruecos. "Las autoridades marroquíes están muy receptivas, hemos comenzado los contactos y tenemos buenas sensaciones, aunque todavía queda mucho camino por delante. La necesidad allí es mucho más grande que en España".

"Por un lado, pensamos en utilizarlas encima de los tubos para así llevar directamente la energía a los sistemas de generación de vacío en el tubo y ahorrar la energía que se pierde en el transporte. La otra solución es realizar una instalación de paneles solares independiente a la infraestructura para que la energía que utilicemos en los sistemas eléctricos del vehículo provenga en su mayoría de la energía renovable, puesto que uno de los grandes beneficios de esta tecnología es utilizar energía limpia y nuestro objetivo es maximizar el uso de energías renovables", declara.
La compañía también está trabajando en las comodidades que habrá en su interior:
"Somos conscientes de que habrá gente que se pueda sentir agobiada al ir dentro de un tubo tan deprisa, por eso uno de nuestros principales valores es que nos centraremos en el cliente y, por ello, tenemos un equipo dedicado a todo el diseño del interior del vehículo para el mayor confort del cliente".
De momento no hay fecha de lanzamiento porque "es un poco complicado hablar tan pronto de fechas y de construcción", pero calculan que el desarrollo les podría llevar entre tres y cinco años.
"Después de todo ese proceso, el tiempo de construcción de la infraestructura ya dependerá de temas burocráticos, es decir, discutir con el gobierno, analizar las rutas que son más convenientes, lanzar a concurso la obra, etc.", concluye el empresario español.
Ante la crisis del coronavirus, la compañía además está desarrollando un respirador low cost de aproximadamente 200 euros que está dotado con un motor eléctrico que facilitaría la labor al sanitario pues no necesitaría el impulso manual sino que el control se accionaría automáticamente. De momento se han fabricado dos prototipos y han creado una asociación con la universidad Abdelmalek Essadi University en Tetuán. "Actualmente estamos trabajando para obtener los certificados y poder empezar a comercializar ese producto".