Al caer la noche, la Plaza de los Príncipes de España se convierte en el epicentro de la actividad en Alcorcón. Cada día, a las nueve, manifestantes de la localidad se acercan a este punto para hacer sonar sus cacerolas contra el Gobierno y con la bandera de España atada al cuello. Una rutina nacida en el madrileño barrio de Salamanca y que poco a poco se extiende por otros lugares de la Comunidad de Madrid.
Los alrededores de la plaza se convirtieron en escenario del choque entre ambos bandos, únicamente separados por la presencia de las fuerzas del orden. A un lado, blandían banderas republicanas y cantaban "Alcorcón será la tumba del fascismo". Al otro, agitaban la rojigualda y picaban sus cazos y cazuelas, junto a una pancarta en la que se leía "No somos fascistas, somos pacifistas".
Los ánimos se fueron caldeando y varios integrantes de sendos grupos se enfrentaron cara a cara. Entonces, llegaron las amenazas. Gritos de "¡Facha!" y "¡Sinvergüenzas!" al aire. Discusiones a escasos metros entre los asistentes, en bastantes casos sin mascarilla. Banderas de la Legión y de Vox, enganchadas en señales de tráfico. Preguntas como "¿Sabéis que es una república?" y una, en concreto, que enfureció a los jóvenes antifascistas: "¿Qué sabéis vosotros de España si sois moros?".
Los agentes tuvieron que intervenir en más de una ocasión hasta que formaron una línea divisoria entre los dos bandos. Esto enfrió poco a poco los ánimos y la concentración fue diluyéndose hasta quedar vacía la plaza a medida que desaparecían los últimos rayos de sol.
Reacciones políticas
Este es el segundo día de enfrentamientos en este punto del barrio del Parque de Lisboa de Alcorcón. El mismo martes 19 de mayo, la alcaldesa de la localidad, Natalia de Andrés, hizo un llamamiento a la calma a través de las redes sociales
"Hacemos un llamamiento a la convivencia en la ciudad. La ciudadanía de Alcorcón es tolerante y respetuosa saliendo todos los días a aplaudir a los profesionales sanitarios. Las concentraciones ilegales de estos días, ambas, están poniendo en riesgo la salud de los vecinos".
Motivo por el que la plaza quedó clausurada, decisión criticada por la portavoz del PP en el municipio, Ana Gómez. "¿Por qué Alcorcón grita que se vayan la alcaldesa y Pedro Sánchez? Así elimina la libertad de expresión de los vecinos". Declaración que el grupo popular ha completado con un mensaje de agradecimiento a las fuerzas del orden.
Por su parte, el teniente de alcalde y portavoz de Unidas Podemos en Alcorcón, Jesús Santos, recordó que fueron las caceroladas de los últimos días en el Parque de Lisboa lo que fracturó la convivencia en el municipio. "Rompieron el consenso de usar la vía pública con responsabilidad y por ello tienen una respuesta".
Lo más grave es que les divierte. Ven en su pulso una oportunidad para hacer campaña. Apenas un 5% de la población ha pasado el virus. Pero ni las decenas de miles de muertos hacen aflorar un poco de sensibilidad. Es una vergüenza su irresponsabilidad y deben pagar por ella.
— Jesús Santos Gimeno (@jesussantosalc) May 18, 2020
El grupo municipal de Vox denunció "las amenazas de la extrema izquierda" en referencia a las protestas del lunes. Sin embargo, la cuenta general del partido en Twitter encumbró la actuación de los manifestantes contra el Gobierno en Alcorcón.
Orgullosos de los españoles de a pie que se levantan sin miedo a los terroristas callejeros al servicio del Gobierno del paro y la miseria 👏👏👏
— vox_es (@vox_es) May 18, 2020
⬇ Esto acaba de pasar en Alcorcón ⬇ pic.twitter.com/abRPsTTrPN
Las caceroladas que piden la dimisión de Pedro Sánchez y su equipo se han convertido en un elemento más de la rutina. Empezaron en la calle Núñez de Balboa, en plena 'milla de oro' de Madrid, y ahora se repiten todos los días a las 21.00 desde balcones, pero también a pie de calle, como en Alcorcón. Concentraciones similares se vivieron en la Plaza de Chamberí o en los barrios de Mirasierra, Chamartín o Aravaca, también en la capital. Un estruendo que se reproduce en otros municipios de la región como Getafe, Pozuelo de Alarcón o Alcalá de Henares y que está saltando más allá de los límites de Madrid, con caceroladas en Valencia o Sevilla.