De momento, la pandemia de COVID-19 ya ha contagiado a más de 4,2 millones de personas y les ha quitado la vida a casi 300.000, de acuerdo con los datos más recientes de la Organización Mundial de Salud (OMS). Según el organismo, la colaboración y los esfuerzos para crear una vacuna capaz de evitar la enfermedad que azota el mundo se llevan a cabo "en una escala nunca antes vista".
En abril pasado, Estados Unidos dio inicio a la operación Warp Speed para acelerar el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19. El objetivo de la iniciativa de la Administración Trump es preparar 300 millones de dosis de vacuna para enero de 2021.
La vacuna en desarrollo en la Universidad de Oxford podría estar disponible ya a finales de este año, pero la velocidad de los resultados depende de la tasa de transmisión. Si sigue siendo alta, como ahora, será posible obtener suficientes datos para saber si la vacuna funciona en tan solo un par de meses, pero si los niveles de transmisión disminuyen, podría tomar hasta seis meses, detalló la institución.
La alta mortalidad del COVID-19 hace que la investigación y el desarrollo de una vacuna sea extremadamente acelerada. Según subrayó Reuters, "el objetivo es tener una vacuna identificada, probada y disponible en una escala de cientos de millones de dosis en solo entre 12 y 18 meses".