En un comunicado, el CICR informó que esta semana donó "60 máquinas e insumos para la fabricación de equipos de protección individual, en particular 165.000 mascarillas, para los sistemas penitenciarios de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay".
El objetivo no es solo luchar contra la pandemia del COVID-19, sino también "dar una capacitación a los presos que facilite su reinserción social y les de herramientas para iniciar una vida digna una vez dejen la cárcel", explica la jefa de la delegación región del CICR para el Cono Sur, Simone Casabianca-Aeschilmann.
Ademas, los responsables de Cruz Roja recordaron que en los centros de detención en estos países el ambiente es muchas veces insalubre, con falta de ventilación y masificado, lo que favorece la propagación de enfermedad infecciosas, por lo que la prevención es el método más eficaz para luchar contra el COVID-19.
Las iniciativas de apoyo son diversas y varían en función del país: en las cárceles de Boa Vista, en Roraima (norte de Brasil), se donaron diez máquinas de coser y 7.500 metros de tela, pero también se está invirtiendo en la construcción de un pozo que ayude a mejorar el suministro de agua, ya que muchos de estos proyectos tienen una vocación de largo plazo.
Gobierno argentino se compromete a reacondicionar las cárceles federales por COVID-19 🇦🇷
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) May 7, 2020
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En Argentina las donaciones beneficiarán a alrededor de 13.000 presos, y en Chile a al menos 40.000 reclusos y personas de la comunidad local, que trabajarán en talleres de higienización hasta agosto de este año.
En Paraguay se entregaron 26 máquinas de coser para confeccionar mascarillas y en Uruguay se donaron 25 calentadores de agua y máquinas lavadoras de alta presión para mejorar la higiene de los presos y prevenir el contagio y la propagación del virus en el sistema penitenciario del país.