El especialista indicó que una vez el organismo es atacado por un patógeno, las células especializadas en la función inmune empiezan a producir una proteína llamada interferón, la cual constituye la "primera línea de defensa" contra cualquier virus.
"El interferón es un elemento universal de la respuesta inmune inespecífica [o innata]. En cuanto a la inmunidad específica contra el coronavirus, implica producir anticuerpos", explicó Prokopenko.
El médico subrayó que varios casos registrados de reinfección por COVID-19 pueden estar vinculados con el hecho de que los anticuerpos "se produjeron, pero no resultaron eficaces, o no se produjeron, o el resultado de la prueba era falso positivo o falso negativo". No obstante, "hoy en día, los sistemas de pruebas son altamente específicos, y su eficacia asciende al 96-98%", subrayó.
Anteriormente, la investigadora Ancha Baránova, de la Facultad de Biología de Sistemas de la Universidad George Mason, declaró que entre el 7% y el 8% de las personas que se han recuperado de COVID-19 paradójicamente carecen de anticuerpos. La bióloga explicó que este fenómeno se debe a que sus sistemas inmunitarios lograron combatir la infección con sus propios interferones, sin producir anticuerpos.
Al mismo tiempo, también hay entre un 7% y un 8% de "superpersonas que tienen una respuesta inmune tan fuerte que los anticuerpos de su plasma pueden utilizarse para el tratamiento de otras personas, algo que ya se está llevando a cabo".
La experta advirtió que alrededor del 40% del resto de los pacientes que contrajeron COVID-19 tiene una respuesta inmune "bastante débil". Además, algunos de ellos experimentan una caída del nivel de anticuerpos durante el mes siguiente a la recuperación, así que corren el riesgo de volver a contraer el virus.