Jaime Coronel, un vecino de Puertollano, en Ciudad Real, es padre de dos hijos. La mayor es Mara y tiene tres años. El pequeño, sin embargo, nació diez días antes de que comenzase el confinamiento. Tanto Mara como su padre son muy asiduos a disfrazarse —lo hacen todos los años por carnavales— pero no pensaron que vestirse con diferentes indumentarias podía darle tanto juego a la cuarentena.
El padre y la hija ya se han hecho populares no solo por el vecindario, sino por todo el mundo, pues su iniciativa se ha vuelto viral en las redes sociales. Después de haber estado todo el día jugando a Frozen con su hija—Jaime disfrazado de Olaf y Mara de la princesa Elsa—, decidieron sacar la basura juntos con el disfraz puesto.
Aprovecharon la hora de los aplausos a los sanitarios, a las ocho de la tarde, para depositar la basura y desde entonces, salir a esa hora se ha convertido en una especie de ritual para animar a los todos los vecinos. "Como teníamos los disfraces a mano y teníamos que estar en casa confinados, pues había que distraer a la niña. Así que cada día nos disfrazábamos de una cosa y yo salía así directamente a bajar la basura", explicaba el padre, que ya cuenta con más de 10.000 seguidores en Instagram, al portal Verne.
En total han sido 38 días los que Jaime ha bajado a la calle disfrazado. "Cuando por fin pudieron salir los niños, Mara empezó a acompañarme" cuenta el padre, "han sido 29 días solo y nueve más con mi hija".
Su iniciativa ha provocado que un grupo de trabajadores del sector sanitario han querido darles una sorpresa a él y a su pequeña, en agradecimiento por su gesto, por haber hecho que el confinamiento de su hija y de todos sus vecinos sea más llevadero.