"Estábamos trabajando con la impresión de que los niños no estaban contagiados con COVID-19. Ya no estamos tan seguros de que ese sea el caso", declaró el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
Un niño de cinco años murió en la ciudad de Nueva York; otro, de siete años, en el condado de Westchester; y un adolescente, en el condado de Suffolk. El estado cuenta con un total de 73 menores con el síndrome, tres de los cuales han fallecido.
Los niños tenían fiebre y síntomas similares al síndrome de shock tóxico y a la enfermedad de Kawasaki. Esta afecta principalmente a niños menores de cinco años sobreactivando el sistema inmunológico y provocando fiebre, diarrea, erupciones y conjuntivitis. En los casos más graves puede inflamar las paredes de las arterias, lo que afecta al flujo de sangre al corazón y lo convierte en un síndrome mortal.
De acuerdo a la información oficial, muchos niños dieron positivo por COVID-19 o tenían sus anticuerpos, pero no necesariamente presentaban los síntomas típicos, como la dificultad respiratoria.
"Pensábamos que los niños podían ser transmisores [de coronavirus], pero no pensábamos que lo podían sufrir", afirmó Cuomo al anunciar la primera muerte infantil. Para él es "una noticia realmente dolorosa".
Un adolescente de 14 años en el Reino Unido también murió a causa de la enfermedad, y hay más casos en Europa. El dolor abdominal, los síntomas gastrointestinales y la inflamación cardíaca son comunes en todos los casos.