Llegan imágenes de alta resolución del mayor planeta del sistema solar. Este es el resultado de la combinación de las capturas tomadas por las cámaras de infrarrojos cercanas a Géminis, que miden la radiación térmica que irradia Júpiter reflejada en sus nubes, y las imágenes ópticas de Hubble, que analizan su actividad externa.
Las regiones de nubes que aparecen más oscuras en las imágenes ópticas, en realidad, brillan más en el infrarrojo, lo que indica que esas regiones tienen poca o ninguna nube en comparación con las áreas más claras.
NSF's NOIRLab presents, "Gemini Gets Lucky & Takes a Deep Dive Into Jupiter’s Clouds." Learn how the international #GeminiObs teams up w/ #Hubble to support the Juno mission & bring new insights into Jovian weather! #DiscoverTogether #NSFscience #Astronomy https://t.co/5KwCGw4Wa5 pic.twitter.com/1NbTPEHllN
— Gemini Observatory (@GeminiObs) May 7, 2020
Una de las cosas más llamativas que muestran las imágenes es una línea que se curvaba alrededor del borde de la famosa Gran Mancha Roja de Júpiter, resultante de una tormenta permanente causada por factores desconocidos. Pero gracias a las nuevas imágenes, se puede ver un infrarrojo brillante que coincide claramente con una sombra óptica, mostrando que la coloración marcaba una profunda grieta en las nubes arremolinadas de la tormenta.
Pero, ¿a qué se deben las tormentas?
Todo se vuelve aún más interesante cuando a este conjunto de imágenes se añaden las capturas de la sonda espacial de Júpiter de la NASA, Juno. Y es que este, en sus primeros ocho vuelos, detectó hasta 377 descargas de rayos, agrupadas alrededor de las regiones polares del planeta.
Esto significa que en Júpiter se produce el fenómeno opuesto al que sucede en la Tierra, donde las tormentas de rayos son más comunes alrededor del ecuador, debido, según los científicos, a la forma en que el Sol calienta ambos planetas: en la Tierra, el Sol genera corrientes de convección que impulsan las tormentas hacia los trópicos, mientras que en Júpiter, más lejano del Sol, el calor no llega a los polos, por lo que son más tempestuosos.
"Estos vórtices ciclónicos podrían ser chimeneas de energía interna, ayudando a liberar la energía interna a través de la convección. No ocurre en todas partes, pero algo en estos ciclones parece facilitar la convección", citó Science Alert las palabras de Michael Wong, astrónomo de la Universidad de California, Berkeley.
La misión Juno está en curso, y según los planes, terminará en julio de 2021. Estos hallazgos informarán sobre cómo sondear los datos que aún está recogiendo, así como las futuras observaciones en tierra y en el espacio.
"Debido a que ahora tenemos rutinariamente estas vistas de alta resolución de un par de diferentes observatorios y longitudes de onda, estamos aprendiendo mucho más sobre el clima de Júpiter", dice Amy Simon, científica planetaria de la NASA.