El mayor país latinoamericano registró el primer caso de coronavirus el 26 de febrero y en poco menos de dos meses y medio ya suma 135.106 contagiados y 9.146 fallecidos, según los más recientes datos del Gobierno brasileño. Se cree, sin embargo, que el número real de muertos e infectados es mucho mayor debido, entre otras cosas, a que las pruebas para el COVID-19 en el país son bastantes limitadas.
En una conversación con Sputnik, el politólogo apuntó que, desde la toma de posesión del actual presidente, Jair Bolsonaro, las relaciones exteriores del país con sus vecinos suramericanos se han deteriorado. El empeoramiento de los lazos se debe a una serie de acciones del mandatario, como la decisión de alinearse automáticamente con EEUU, por ejemplo, o las "declaraciones desastrosas del presidente de la república contra los Gobiernos de la región, alimentadas por una orientación ideológica que carece de un equivalente racional sobre los intereses nacionales y regionales".
El experto argumentó que estas relaciones inestables demuestran ser "aún más perjudiciales", en un momento en que se hace necesario "enfrentar una situación que exige una estrecha cooperación y solidaridad internacional", como es el caso de la crisis sanitaria mundial causada por el COVID-19.
"Ser el país más grande de Suramérica, dividir fronteras terrestres con nueve países a lo largo de casi 17.000 kilómetros ya le da a Brasil una condición de importancia que no se puede relativizar, ni para bien, ni para mal. Ahora, agregando a eso, el contexto de la pandemia, la proliferación de un virus con alto contagio y letalidad, todo se vuelve aún más delicado", subrayó Cardoso a Sputnik.
"La posición equivocada y suicida del Gobierno brasileño en asuntos internacionales se enfrentará a una factura que no será fácil de liquidar", concluyó Cardoso.