Un equipo de investigadores ha descubierto que a medida que la temperatura se hace más cálida en el Ártico, las arañas lobo producen mayor descendencia y crecen hasta alcanzar un tamaño más grande de lo habitual.
Además, el estudio publicado en Journal of Animal Ecology revela que a medida que la población de esta especie crece, las más jóvenes son cada vez más escasas.
Los investigadores explican que el canibalismo al que recurren las arañas lobo podría tratarse de una reacción reflejo que tienen al ver una mayor competencia entre ellas por los recursos de supervivencia. Pues si las arañas hembras producen más crías, lógicamente habrá más competencia entre ellas para sobrevivir.
Por otro lado, el estudio ha demostrado que estas arañas que recurren al canibalismo viven menos tiempo que aquellas que tienen una dieta más variada.
Según los investigadores, estos cambios en el comportamiento de las arañas lobo podría generar un efecto cascada en el ecosistema capaz de influir en varios procesos naturales, inclusive en la liberación de dióxido de carbono. Esto provocaría un inminente cambio ambiental.