Adultos, jóvenes y niños desfilando con fotografías de sus abuelos o padres que murieron combatiendo al nazismo en la Segunda Guerra Mundial. Grupos de personas entonando canciones típicas de la guerra en homenaje a la victoria del Ejército Rojo. Las típícas postales de la marcha del Regimiento Inmortal, el tradicional acto conmemorativo del Día de la Victoria cada 9 de mayo, no se verán este año en las calles del mundo debido a la pandemia de COVID-19.
América Latina no será la excepción y los actos que se tenían planificados para conmemorar la fecha debieron ser suspendidos, en función de las cuarentenas y las prohibiciones de realizar actos masivos. A pesar de la desazón, la pandemia no ha sido un obstáculo para las colectividades rusas, que organizaron formas alternativas de recordar la fecha utilizando a internet como un aliado.
Svetlana Sizova, integrante de la colectividad rusa en Chile, explicó a Sputnik que la idea para 2020 es que los participantes graben testimonios en vídeos recordando a sus familiares que defendieron al Ejército Rojo durante la Gran Guerra Patria. Los testimonios luego serán recopilados y difundidos a través de una página de Facebook del Regimiento Inmortal.
"Realmente es la primera vez que hacemos un Regimiento Inmortal en estas condiciones de aislamiento, por lo que no esperamos más participantes de lo que han asistido en forma presencial en otros años", pronosticó. Sizova reconoció que "toma tiempo que las personas se organicen y decidan grabar un vídeo y enviarlo" y comentó que para algunas personas, de mayor edad, "no es tan fácil hacerlo sin ayuda de alguien o teniendo otras prioridades en medio de esta pandemia".
Sin embargo, el espíritu de la victoria está y la integrante de la colectividad rusa confía en que puede darse "lo inesperado" y contar con una mayor participación que en años anteriores.
Pero las restricciones también pueden tener su lado bueno. Sizova destacó que la necesidad de repensar la forma de conmemorar el Regimiento Inmortal generó "más comunicación e intercambio entre las comunidades rusas en distintos países".
"Hay una onda muy rica y creativa en medio de toda esta crisis. Aunque nos cueste un poco asumir este formato nuevo y tengamos algunas dificultades técnicas, lo estamos superando y aprendiendo cosas en el camino", sintetizó.
Las actividades planificadas para el 9 de mayo en Argentina son otra muestra de esa creatividad. En vez de un desfile, habrá una videoconferencia a través de la plataforma Zoom en la que, durante dos horas, los participantes exhibirán fotografías y nombres de sus antepasados y contarán sus historias.
Al día siguiente habrá una nueva videoconferencia, en la que los participantes escucharán una suerte de concierto del popular grupo moscovita Grenada, que interpretará canciones típicas de la guerra y se intercalarán con más recuerdos de los descendientes.
El recuerdo se hace necesario a 75 años del fin de la guerra porque, según Jarmoluk, "nunca antes se ha golpeado tanto la participación de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial" ya que, según su testimonio, la difusión de fake news sobre el conflicto amenaza borrar los testimonios de la verdadera importancia del combate soviético al nazismo.
"De alguna manera, como descendientes de rusos y los pueblos de la Unión Soviética viviendo en el extranjero, tenemos la obligación de poner los puntos sobre las ies y que esta fiesta no pase inadvertida", remarcó.
Para Jarmoluk, es necesario que las comunidades mantengan la conciencia de que "transmitir esto de familia en familia es la única forma de sostener la verdad, porque tanta gente no puede haber muerto en vano". En ese sentido, alertó que "si lo permitimos, el fantasma del fascismo enseguida aparece".
De la Guerra al coronavirus: ¿qué nos enseña la victoria?
Salvando las distancias, los 75 años del Día de la Victoria encuentran al mundo combatiendo a un nuevo enemigo. Ya no es el nazismo, sino un virus que se convirtió en pandemia y puso en jaque a todo el planeta.
Para Sizova, la fecha es una gran oportunidad de que los rusos muestren al mundo sus "películas, historias y relatos personales" en los que se destacan "personas comunes y corrientes que en circunstancias mucho más difíciles que las nuestras pudieron vencer".
"Vamos a poner manos a la obra y hacer lo que se necesita hacer, cambiar lo que haya que cambiar para salir de esta crisis con dignidad y con la victoria, como hicieron nuestros abuelos", complementó.
"Hay una diferencia: una guerra es una guerra", aclaró Jarmoluk. De todos modos, la argentina también consideró que la sociedad actual puede inspirarse en "el compromiso personal de cada una de las personas, que se cargó la patria al hombro y salió al frente sin ningún miramiento".
Jarmoluk recordó que desde su niñez su familia le inculcó el valor del "sacrificio", en honor a su abuelo, un soldado raso que fue de los pocos que pudo regresar terminada la guerra. Un concepto que en la actualidad habría que remarcar, consideró, ya que "no hay una actitud de sacrificarse por el otro".
"La Unión Soviética ganó porque todo el mundo se puso la guerra al hombro y estuvieron cuatro años en territorio soviético luchando palmo a palmo. Esto también lo veo como una lucha pero solo si nos ponemos todos, porque hay gente que se está sacrificando un montón, como los médicos, y otros que no respetan las salidas ni lo que corresponde", añadió.
Por eso, para Jarmoluk es fundamental aprovechar estas instancias para difundir la importancia de "sacrificarse por el otro, eso de que la patria es la otra persona". "Es muy importante inculcarlo en los chicos porque hay mucho individualismo", finalizó.