"Con las restricciones del movimiento, la desviación de los recursos de las fuerzas del orden y los servicios públicos y sociales reducidos debido al COVID-19, las víctimas de trata de personas tienen incluso menos posibilidades para escapar y buscar ayuda", dijo Waly citada en una nota de prensa de la Oficina.
Instó a los países a "mantener los centros de acogida y líneas de atención abiertos, salvaguardar el acceso a la justicia y prevenir que las personas más vulnerables acaben en las manos del crimen organizado".
La Oficina contra la Droga y el Delito señaló que algunas víctimas de trata se salvaron pero no pueden regresar a casa debido a las fronteras cerradas, y otras se enfrentan a demoras en los procedimientos legales y un nivel de apoyo y protección más bajo de lo que esperaban. También algunas víctimas siguen en riesgo de abusos por parte de sus captores.
La jefa de la Oficina contra la Droga y el Delito afirmó que el ente "apoya a los Gobiernos y las ONG socios por todo el mundo para asegurar que las unidades antitrata continúen su trabajo esencial con seguridad, y garantizar que las víctimas de trata de personas puedan obtener la asistencia necesaria".