Con la excepción de algunas islas de Baleares y Canarias, la mayor parte del país entró este lunes 4 en la llamada fase 0 de la desescalada, que reinicia la actividad comercial, aunque de forma muy reducida.
Las grandes superficies están excluidas de este plan, ya que solo pueden abrir al público los locales de menos de 400 metros cuadrados, donde únicamente se puede ofrecer servicio a aquellos usuarios que concierten una cita previa.
Es la situación de Enrique, que regenta un salón de tatuaje en el sur de Madrid, pero que no ha podido reabrir el local tanto por las dificultades para conseguir equipamiento de protección como por el desabastecimiento del material necesario para tatuar.
"Ahora se está empezando a reactivar todo, pero calculo que como mínimo en dos semanas no tendré los materiales. Ahora no tengo casi ni guantes", explica en conversación con Sputnik.
La pandemia le vino en el peor momento posible, ya que había alquilado el local pocos meses antes de la crisis sanitaria. Cuando todavía estaba tratando de ganarse la confianza de la clientela de la zona, Enrique se vio obligado a echar el cierre.
Ahora, en un nuevo mundo receloso del contacto físico con desconocidos, el miedo de los clientes al contagio es una de las cosas que más le preocupa, ya que puede ser una losa para el mundo del tatuaje.
"En negocios como el mío se deberían inventar fórmulas para generar confianza. Yo no tengo las respuestas, es labor de los gobernantes hacerlo, pero a mí se me ocurre que al menos deberíamos empezar haciendo test a todo el mundo", apunta.
Sin embargo, prefiere no pararse a pensarlo demasiado porque esas soluciones no dependen de él y por el momento bastante tiene con organizarse para reabrir el local.
"Va a ser todo muy complicado, vayamos paso a paso", concluye.
Actividad al mínimo
No obstante, el escenario es más favorable para algunos que para otros. Tras tantas semanas de confinamiento la gente está ansiosa por poder arreglarse el pelo como es debido, algo que se nota en que el porcentaje de apertura en las peluquerías (50%) dobla al de los comercios generales.
"Yo lo tengo más fácil que el tatuador, pero tampoco tengo nada que celebrar", cuenta a Sputnik Óscar, dueño de una tienda de bicicletas situada en la misma calle que el salón de Enrique.
Desde el pasado fin de semana se permite a los españoles salir una vez al día para hacer deporte, algo que muchos han utilizado como excusa para sacar la bicicleta del trastero.
Es algo, pero ni de lejos es suficiente. Los meses de abril y mayo, con la llegada del buen tiempo, suelen ser temporada alta para el comercio de bicicletas, pero Óscar lamenta que ahora está "a mínimos".
"Hoy he atendido a tres o cuatro personas en todo el día. Hacemos las cosas escalonadas, poquito a poco, porque es lo que hay, pero esto no es sostenible", apunta antes de subrayar que pese al descenso de ingresos no tendrá ningún alivio en el pago de costes fijos, como el alquiler del local.
Cada uno a su ritmo
Beatriz González, portavoz de Autónomos Unidos Para Actuar (AUPA), señala que estos casos son paradigmáticos de los problemas que afrontan los pequeños empresarios en la reapertura, marcada por el miedo al contagio y la baja actividad.
"No es solo cuestión de que te permitan abrir, si no de que se genere trabajo (…) Tenemos socios que van a abrir con las medidas de seguridad que puedan, pero una gran mayoría ha dicho que les es imposible, que no tendrán el volumen de negocio necesario para poder hacerlo", reflexiona.
En cuanto a las dificultades para garantizar la seguridad, González recuerda que además de los problemas para conseguir material en algunos comercios también es necesario adoptar medidas como poner mamparas, algo que "no se prepara de un día para otro", por lo que "muchos tardarán en abrir".
De acuerdo con las estimaciones del Gobierno de España, la economía del país caerá un 9,2% en el conjunto del año. En ese contexto, los pequeños comercios se van sumando a la fase de desescalada como pueden, a su propio ritmo, con esperanza de dar con la tecla para volver al trabajo sin que la crisis se lleve por delante su negocio.