Los datos publicados este 5 de mayo por el Gobierno de España certifican la caída en picado del empleo, aunque de forma más ligera que en marzo, un mes que con apenas dos semanas de parálisis de la economía dejó 302.256 nuevos parados, un aumento del 9,31%.
"El efecto de la crisis sanitaria del COVID-19 comenzó a repercutir notablemente en el paro registrado a partir del 13 de marzo, con especial intensidad en la Semana Santa. En las últimas semanas de abril el paro ha ido moderando su ritmo de crecimiento", señala el Ministerio de Empleo a través de un comunicado.
Pese a esa ligera ralentización, la factura del COVID-19 es un aumento de casi 600.000 parados en dos meses.
Donde sí se notó un menor impacto de la crisis del coronavirus en abril fue en el número de afiliados a la Seguridad Social, que cae en 49.074 personas en el conjunto del mes, hasta los 18,3 millones.
No obstante, el número medio de afiliados sufrió un descenso de 548.093 ocupados con respecto a la media de marzo (-2,88%), el mayor en este periodo del año desde 2009.
Si se analiza el efecto de la pandemia de coronavirus desde la semana en la que se declaró el estado de alarma, se observa un saldo negativo de 947.896 ocupados.
Cabe destacar que estos datos no incluyen a las personas afectadas por la suspensión total o parcial de su actividad mediante la presentación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Este mecanismo permite que una compañía cese su actividad (algo muy extendido desde que se activaron las medidas de confinamiento) pero sin despedir a sus trabajadores, que pasan a recibir prestaciones por parte del Estado de hasta el 70% de su salario mientras dure el estado de alarma.
El espectacular aumento del desempleo por la crisis del COVID-19 revierte en un incremento extraordinario del gasto en prestaciones por parte del Estado.
En abril la cifra de beneficiarios de prestaciones se situó en 5,1 millones de personas, lo que se traduce en un incremento interanual del 136% y supone un récord histórico.
La nómina mensual de prestaciones, en la que también se incluye el pago de los ERTE, ascendió a 4.512 millones de euros, lo que representa un aumento de 3.976 millones respecto a abril de 2019, con un incremento porcentual del 207%.