Actualmente el Ejército Popular de Liberación de China posee la mayor flota de cazas pesados del mundo. Muchos de estos aparatos derivan del diseño del Su-27. El primer caza pesado chino que no derivó de este caza soviético y entró en servicio a principios del 2017 fue el J-20, de quinta generación, también bautizado como dragón poderoso.
El J-20 es también el primer avión de la nueva generación cuyo desarrollo se completó fuera de EEUU y revolucionó considerablemente las capacidades del país asiático. Sin embargo, muchos analistas siguen preguntándose por qué la mayor parte de las nuevas aeronaves que se están construyendo en China ahora para ser usadas dentro de sus fronteras sigue siendo de cuarta generación. Otra pregunta que les preocupa es por qué en noviembre de 2015 el Ejército Popular de Liberación de China firmó un contrato con Rusia por valor de 2.000 millones de dólares para adquirir sus cazas Su-35S, de generación 4++, al tener uno de quinta.
El hecho de que el país asiático adoptase un enfoque diferente —y supuestamente no buscase eliminar sus aviones de cuarta generación o dejar de adquirirlos— llevó a muchos expertos a especular con que esto se debía a una falta de confianza en el diseño del J-20.
Efectivamente, el Su-35S tiene muchas ventajas frente al J-20 y al estadounidense F-22. Ante todo, el caza ruso se beneficia de una mayor carga útil: puede portar hasta 14 misiles de clase aire-aire. Asimismo, cuenta con motores de empuje vectorial tridimensional que garantizan su supermaniobrabilidad. También dispone de sistemas de búsqueda y seguimiento por infrarrojos que no están instalados a bordo del J-20 ni del F-22.
Al mismo tiempo, a pesar de pertenecer a una generación anterior, el medio considera que el sistema de lucha radioelectrónica a bordo del Su-35S es superior a los de los J-20 y F-22.
Además, de esta manera China diversifica su flota al tener acceso a las tecnologías de una de las potencias mundiales en la industria aeronáutica, reza el medio. Con ello, cabe destacar que los SU-35S suministrados al país asiático tienen unas prestaciones inferiores a los utilizados por Rusia.
Sin embargo, "esto no significa que la aviación militar rusa sea más avanzada que la de China, pero demuestra la compatibilidad de sus tecnologías aeronáuticas", destaca el autor del artículo. Aunque el Su-35S tiene una serie de ventajas frente al J-20, esto no lo convierte en un caza superior en todo el espectro de características técnicas.
"El perfil furtivo del aparato chino, invisible para los radares, así como su capacidad de llevar sensores más grandes e integrar una serie de tecnologías de próxima generación (…) lo convierten en algo más que en un rival para el caza ruso en los combates de largo alcance. Esta ventaja solo crecerá una vez que el J-20 integre el motor de empuje vectorial WS-15 de próxima generación que ahora se está desarrollando", concluye el medio.