"Aprovecharon la pandemia para llevar a cabo su acto de barbarie, y lo confirma el comentario escandaloso del alcalde del distrito 6 de Praga, Ondrej Kolar, quien dijo que Kónev no llevaba la mascarilla y por lo tanto no podía salir a la calle", relató Lukashévich en una reunión del Consejo Permanente de la OSCE (Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa) celebrada por videoconferencia.
Los Estados firmantes de ese documento —indicó Lukashévich— deben recordar que "la preservación del estatus de los monumentos y lugares conmemorativos relacionados con su historia y cultura forma parte de los esfuerzos comunes aplicados en el marco de la OSCE para preservar el acervo cultural universal".
"Exhortamos a la República Checa a cumplir con sus compromisos internacionales y acatar los artículos 18 y 21 del Acuerdo Bilateral sobre las Relaciones de Amistad y Cooperación [1993], según los cuales Chequia debe cuidar los monumentos rusos en su territorio tal como lo hace Rusia con los monumentos checos", remarcó el embajador ruso.
El pasado 3 de abril las autoridades de Praga, capital checa, retiraron el monumento al mariscal soviético Iván Kónev, quien en mayo de 1945 liberó esa ciudad de las fuerzas nazis, salvando la vida a cientos de miles de checos.
El monumento simbolizaba el reconocimiento de los checos a todos los soldados soviéticos que sacrificaron sus vidas para liberar a la entonces Checoslovaquia del yugo de la Alemania nazi.
Labor de Sputnik
Asimismo, Lukashévich denunció que la labor de la cadena rusa RT y la agencia de noticias Sputnik ha sido obstaculizada por las autoridades de Francia y Estonia.
"La situación de los medios rusos en Francia sigue siendo muy grave, los periodistas de Russia Today [RT] y Sputnik todavía no tienen la posibilidad de ejercer su función profesional", dijo en una videoconferencia del Consejo Permanente de la OSCE.
El diplomático expresó su preocupación por los actos de persecución contra los medios rusos en países bálticos.
"El apogeo [de esa campaña de discriminación] fue la presión sin precedentes que ejerció Tallin sobre trabajadores de la agencia de noticias Sputnik Estonia, que por la amenaza de persecución penal tuvieron que rescindir los contratos de trabajo con el grupo mediático internacional Rossiya Segodnya", subrayó.
Lukashévich apuntó que la discriminación de los medios rusos en algunos países de Occidente a menudo se realiza bajo el pretexto de la lucha contra la desinformación.
"Partimos de que esos proyectos no inclusivos son contraproducentes," afirmó.
Debido a las amenazas de persecución penal por parte de las autoridades de Estonia en virtud de un artículo que prevé hasta cinco años de prisión, los empleados de Sputnik Estonia se vieron obligados a dejar de trabajar.
Las autoridades estonias justificaron su exigencia con las sanciones impuestas por la Unión Europea el 17 de marzo de 2014 contra varias personas y entidades a la luz de los acontecimientos en Ucrania.
El representante de la OSCE para la libertad de prensa, Harlem Désir, destacó que Sputnik no figura en la lista de empresas rusas sancionadas por el bloque comunitario, e instó a las autoridades estonias a que se abstengan de imponer restricciones innecesarias al trabajo de los periodistas.