Es evidente que el coronavirus, en pleno auge de los contagios, está teniendo efectos directos muy negativos e incluso mortales para la salud. Pero este cardiólogo ruso invita a que no olvidemos cómo la presión y las condiciones anómalas a las que nos somete esta enfermedad se traducirán a la larga en problemas cardiovasculares, entre otros:
"La mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares aumentará. Esto no es algo nuevo, [en Rusia] ya observamos algo así desde 1991 con la caída de la URSS. Medio año más tarde aumentó notablemente la mortalidad", recuerda el experto.
En condiciones de cuarentena, por otra parte, es inevitable que nuestro estilo de vida se vea afectado: tenemos menos posibilidades para hacer deporte, una mayor tendencia a descuidar la alimentación y unas interacciones sociales que se reducen al mínimo y que suelen ser a través de medios digitales.
Todo esto, considera Belenkov, propiciará una mayor incidencia de crisis de hipertensión y cardiopatías coronarias en la población a largo plazo.
Evitar esto, por suerte, es más bien sencillo: se recomienda hacer un poco de ejercicio físico adecuado a las condiciones de cada persona, prestar más atención a lo que comemos y tratar de mantener el contacto por teléfono o Skype con familiares y amigos.