Mendonça prometió una actuación "técnica, imparcial y siempre dispuesta a rendir cuentas", y destacó sobre todo su compromiso con el combate a la criminalidad y la lucha contra la corrupción.
El nuevo ministro no hizo ninguna referencia a esa polémica ni a la autonomía de la Policía Federal, y se centró en prometer "retaguardia jurídica" a los agentes para que puedan actuar con tranquilidad.
Mendonça, que hasta ahora estaba al frente de la Abogacía General de la Unión, también citó a Dios varias veces en su discurso.
Bolsonaro confió en su buen trabajo y aseguró que el ministro decidirá cómo forma su equipo.
A pesar de que el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública tiene las competencias de la Policía Federal, Bolsonaro dijo que quien nombra a su director general es él, e insistió en que su "sueño" era ver al actual jefe de inteligencia Alexandre Ramagem en ese cargo.
Ramagem es un comisario y amigo personal de la familia Bolsonaro; pero su nombramiento como director general de la Policía Federal fue anulado por el Tribunal Supremo Federal, medida poco después acatada por el Gobierno.