La crisis mundial por la caída de 70 % del precio del petróleo puede llevar al ahogo financiero de provincias enteras en países con economías sin salvavidas, como Argentina.
Debido a la contracción de China y el colapso de la economía mundial por el brote de coronavirus y las restricciones para el almacenamiento, el consumo mundial de crudo se desplomó 30 %.
En paralelo, el acuerdo entre los países de la OPEP+ busca volver a controlar la producción para estabilizar los precios en lo que queda del año, que se estiman que rondarán para el resto de 2020 en alrededor de los 30 dólares por barril, la mitad de lo que costaban antes del descalabro de marzo.
Consecuencias inmediatas
En Argentina, la cuarentena impuesta desde el 20 de marzo produjo que las ventas de combustibles colapsaran hasta 90 %, con refinerías trabajando a un tercio de su capacidad y buques llenos en los puertos utilizados como depósitos, sin posibilidad de exportar.
Esto tiene el objetivo de evitar el colapso de la industria local, una forma de proteccionismo que Argentina ya ensayó durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). Esto implicaría que el Estado subsidie la diferencia con el precio internacional en medio de la peor crisis económica de los últimos años.
"La situación era extremadamente crítica previo al ingreso de la pandemia y la volatilidad del mercado petrolero mundial, por ende hoy la perspectiva es doble o triplemente más compleja. Se estima que puede haber una caída de entre 25 y 40 % en los ingreso por regalías que cobran las provincias por la producción de hidrocarburos", dijo a Sputnik Marcelo García, periodista especializado de El Extremo Sur, medio de la provincia patagónica de Chubut.
Chubut es un distrito hundido en una crisis propia. A pesar de ser una de las provincias más potentes en recursos naturales, es la segunda más endeudada del país, con casi 1.000 millones de dólares, por lo que está virtualmente quebrada e impedida de solventar gastos administrativos y de salarios en tiempo y forma.
El recorte en las regalías, que representan el 30 % de los ingresos totales de la provincia, puede ser el 'tiro de gracia' para las finanzas locales, lo cual se suma a la caída en la recaudación impositiva que provoca la recesión a la que está atada la cuarentena.
La caída de la actividad económica también ataca el porcentaje de coparticipación federal que recibe el distrito desde el Estado nacional, así como sus propia recolección tributaria, que representan otros 30 y 20 % de la entrada fiscal, respectivamente.
El ejemplo de Chubut es el más en crisis pero no el único complicado entre las provincias que dependen de estos ingresos. Estados de larga data de producción petrolera como las patagónicas Neuquén, Santa Cruz, Tierra del Fuego, tienen gran parte de su economía y fuerza productiva basada en los hidrocarburos.
El récord fue gracias a la cuenca de Vaca Muerta, el yacimiento de hidrocarburos no convencionales más importante del país, fuertemente golpeado ya que son operaciones muy costosas donde un precio internacional por debajo de los 50 dólares no deja ganancias.
¿Quién absorbe el impacto de la crisis?
Argentina es un país que produce petróleo hace un siglo pero no se trata de un actor de peso a nivel internacional. La importancia del rol de la petrolera de control estatal YPF es fundamental para marcar el rumbo del mercado local, en la que se juegan los intereses del Estado nacional, las provincias, las multinacionales extranjeras y los trabajadores de la industria.
La producción total de petróleo en 2019 fue 29.516 millones de metros cúbicos (Mm3), 3,9 % más que en 2018, según el informe anual sobre la Producción de Hidrocarburos del Instituto Argentino de Energía (IAE). La extracción nacional tuvo su máximo histórico en 1998, con 49.148 Mm3 anuales.
"El Estado debiera poner dinero para subsidiar la producción petrolera nacional, sostener los puestos de trabajo y los salarios, fundamentalmente en los yacimientos convencionales, pero el esfuerzo debería ser doble y las empresas deberían reducir su tasa de rentabilidad, seguir manteniendo mínimos márgenes de ganancia", propuso García.