Cubiertos por los cazas Su-27, los pilotos llegaron a un área determinada del mar para explorar la situación de la superficie y atacar los objetivos que imitaban barcos enemigos.
Las tripulaciones de los aviones también practicaron acrobacias aéreas y técnicas de evadir la defensa aérea.
Las maniobras involucraron unas 10 aeronaves de la aviación naval de la Flota del Báltico de Rusia.