"Nuestra posición no ha cambiado (…) El acuerdo político libio, las instituciones que surjan de este acuerdo, siguen siendo el único marco de gobierno internacionalmente reconocido en Libia y eso está en línea con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", dijo Dujarric.
El general Jalifa Haftar, comandante del Ejército Nacional de Libia, se designó a sí mismo como el líder supremo de ese país.
El pasado 23 de abril, Haftar llamó al pueblo libio a rechazar el acuerdo político libio, negociado bajo los auspicios de la ONU y firmado en diciembre de 2015 en Sjirat (Marruecos), lo que resultó en la creación del Gobierno de Acuerdo Nacional, con sede en Trípoli.
El acuerdo estuvo llamado a sentar las bases para la normalización política en el país, pero las decisiones tomadas no se plasmaron en la vida diaria de la población, pese a los esfuerzos de los patrocinadores exteriores (Túnez, Italia y Argelia) y de los enviados especiales de la ONU.
Libia continúa sumida en una crisis desde que la caída del que fuera su líder durante décadas, Muamar Gadafi, en 2011, derivó en violentos enfrentamientos entre facciones rivales.
Actualmente en el país hay una dualidad de poderes:
- el Gobierno interino junto con el Parlamento en Tobruk, que controla la parte oriental y cuenta con el apoyo del ENL;
- el Gobierno de Acuerdo Nacional avalado por la ONU, con sede en Trípoli, en el noroeste del país.