"Acabamos de enterarnos de que somos portadores de anticuerpos", declaró el propio actor, de 63 años, en el reciente podcast Wait Wait… Don't Tell Me!, de la emisora NPR.
"Les hemos dicho a los médicos: '¿Quieren nuestra sangre? ¿Podemos donar plasma?'", señaló.
"Y, de hecho, se lo vamos a donar a sitios donde esperamos que puedan trabajar en lo que a mí me gustaría llamar la Hank-cuna", agregó en tono de broma.
El actor también reveló que durante la enfermedad, su esposa se encontraba peor que él y tenía fiebre. Además, perdió el sentido del gusto y el olfato, así que "no disfrutó en absoluto de la comida durante casi tres semanas".
El ganador del Óscar se encontraba en la ciudad australiana de Gold Coast, filmando el largometraje biográfico Elvis, de Baz Luhrmann, cuando tuvo los síntomas del coronavirus.
Anteriormente, el célebre actor le hizo un regalo a un niño australiano llamado Corona, que sufrió acoso por su insólito nombre.